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Los suplentes madridistas no tiran la Liga

Dos penaltis a Di María convertidos por Kaká sentenciaron a un luchador pero decepcionante Athletic, y no faltó el gol de Cristiano

MADRID Actualizado: Guardar
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Con la cabeza puesta en la final de Copa y en las semifinales de la 'Champions', José Mourinho dio por fin descanso a varios de los que lo necesitaban y prescindió en el once de San Mamés de hasta seis titulares, pero los suplentes dieron la talla para no tirar todavía la Liga. El Real Madrid confirmó que tiene plantilla, e individualidades determinantes, para luchar por las tres competiciones, aunque el título liguero esté perdido. Se presumía un partido muy duro y complicado para el Madrid en terreno tan hostil, y mucho más sin Cristiano, Xabi Alonso, Özil, Marcelo, Carvalho ni Adebayor, y con Pepe como centrocampista, pero los blancos se pusieron el traje de faena, no renunciaron a la batalla que planteó el Athletic, y aprovecharon dos penaltis provocados por Di María y convertidos por Kaká para seguir en la pelea a base de sacrificio y golpes de ataque letales.

Con el choque resuelto, y aunque pudiera correrse un riesgo innecesario, hasta pudo jugar Cristiano, que ansía en 'Pichichi' y salió encendido con su objetivo de aumentar su cuenta goleadora, y también lo hizo Xabi Alonso, para imponer aún mayor autoridad en un encuentro muy serio de los madridistas que le sirve a Mourinho para recuperar a dos futbolistas en los que confía para la cruenta batalla que se avecina: Kaká e Higuaín. El brasileño firmó un 'doblete' gracias a dos derribos al único de los futbolistas decisivos de medio campo hacia delante que no fue reservado (Di María), y aunque el primer penalti marcó demasiado el desarrollo de todo el choque, esta vez el Madrid no se dejó llevar ni permitió concesiones. Al contrario. Mantuvo siempre la concentración, y sin necesidad de firmar un partido brillante, demostró una enorme superioridad sobre el Athletic y no se conformó con un triunfo por la mínima.

El Madrid había prometido "competir" en San Mamés, y vaya si lo hizo. Al Athletic le arruinaron los dos penaltis al inicio de los dos tiempos y, sobre todo, sus propias limitaciones, y sin noticias de Fernando Llorente, que incluso falló un gol cantado en la recta final, cuando los blancos seguían presionando y recuperando. Ante los derbis contra el Barça, este Madrid desea mostrar también su mejor cara de compromiso y entrega, aunque le falte fútbol.

Beneficiado el Madrid por el tempranero penalti al argentino que salió en principio por la derecha pero no tardó en irse a la izquierda, los blancos no solo fueron capaces de aguantar a un luchador aunque decepcionante Athletic, sino que pudieron irse al descanso con más goles.

Respuesta de coraje

Al contraataque pudo sentenciar mucho antes el Madrid una batalla en la que los de Mourinho, pese a sus muchos problemas para crear en el medio campo con el trivote Lass-Pepe-Granero (se perderá el derbi), respondieron al coraje y se mostraron sólidos y contundentes en defensa. Solo en los últimos minutos previos al intermedio, cuando el Athletic empujó algo más aunque se perdió en provocaciones y protestas al árbitro, la zaga blanca y Casillas pasaron apuros. Hasta ese momento, la batalla siempre se dirimió en el centro del campo, y con casi todas las ocasiones de gol para el Madrid, aprovechando los espacios de un Athletic que durante la primera mitad corrió demasiado riesgo al adelantar líneas, aunque no le quedaba otra.

En un choque de muchísima más brega que fútbol, los no habituales del Madrid, beneficiados por un primer penalti indiscutible, quisieron reivindicarse y se pudieron comprobar también los avances en la progresión de Kaká -sobre todo, anímica- y de Higuaín, aunque al delantero argentino que salió porque Benzema todavía no estaba recuperado volvió a fallarle la puntería cuando se encontró de cara con Iraizoz. Quien estuvo en todas las intentonas ofensivas fue el incansable Di María, que tuvo otras tres oportunidades, dos de ellas tras el 0-1, durante unos minutos en los que el Athletic estuvo 'groggy', antes de que los de Caparrós reaccionasen y el partido se calentase en el campo y en la grada. San Mamés clamó contra el árbitro por permitir, entre otras cosas, los manotazos de Pepe y más de una acción dura de los blancos, aunque también la hubo del Athletic, como la que se ganó Gurpegui para obligarle a ya no salir en el descanso, aunque debían estar más disgustados con el juego tan directo e improductivo de su equipo. El del Madrid, a rachas, fue más que suficiente para una goleada que pudo aumentar aún más Cristiano, que no quiere perderse ni un partido. Porque si la obsesión del Real Madrid es la Copa de Europa, el portugués insaciable tiene también otra, que es ganarle el 'Pichichi' a Messi. De momento ha dado un paso más.