alerta radiactiva

«El Gobierno japonés está tapando información»

Aterriza en Madrid el avión fletado por Exteriores con 79 españoles a bordo, 35 japoneses, 31 ciudadanos comunitarios y ocho brasileños

MADRID Actualizado: Guardar
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Emoción, cansancio y preocupación por los que se han quedado atrás. Con esa mezcla de sentimientos han aterrizado este mediodía en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) los 79 españoles que viajaban en el vuelo fletado por el Gobierno procedente de Japón para facilitar la salida de aquellos ciudadanos que deseaban abandonar el país por temor a la crisis nuclear en la central de Fukushima.

Procedentes del aeropuerto Narita de Tokio y acompañados por sus familias, además de por 31 ciudadanos comunitarios y ocho brasileños, los nacionales han llegado al aeropuerto militar pasadas las 14.30 horas. Allí, les esperaba un dispositivo de veinte personas del Consejo de Seguridad Nuclear y del Departamento de Sanidad Exterior para realizarles un examen radiológico. De los 153 pasajeros, 119 han decidido pasar el control. "En todas ellas no hay indicios de contaminación radiactiva, así como tampoco los hay en el equipaje ni en el avión", ha confirmado la directora general de Salud Pública y Sanidad Exterior, Carmen Amela.

Aunque 34 de los viajeros no han querido someterse a las pruebas, ya que eran de carácter voluntario, según determina la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuestionarios realizados durante el vuelo a todos los pasajeros han confirmado que no existen "ni síntomas ni proximidad geográfica" a la central de Fukushima. "Ninguno de los viajeros vivía a menos de cien kilómetros", ha indicado Amela.

Estado general "de nervios

Es el caso de Pilar Espinosa de los Monteros, una madrileña que reside desde hace trece años en el país nipón. "Me he venido con mis hijos hasta que se pase un poco el estado de incertidumbre y porque además el trabajo allí estaba parado". Aunque el Gobierno japonés está intentado promover la tranquilidad, Pilar ha asegurado que el estado general en el país es "de nervios".

También Beatriz Alonso ha decidido regresar a España junto a sus hijos aunque su marido se ha quedado en Japón. "Muchos españoles no han querido volver porque están trabajando". Beatriz sospecha que el Gobierno nipón "está tapando algo". "Dicen lo que están seguros porque no quieren alarmar". Lo mismo piensa Manuel García, un joven almeriense que llevaba tan sólo seis meses en Japón cuando se produjo el terremoto. "La información que nos llegaba de fuera es la que ha hecho presión para volver a España", ha asegurado Manuel, quien ha vuelto a España por la familia. "Ahí no podía hacer nada y mi familia estaba sufriendo"

Piensan regresar a Japón

Por la familia también ha regresado Isaac Vigil, un joven barcelonés que ha perdido amigos en el terremoto pero que está dispuesto a volver. "Ha sido terrible. Los japoneses están acostumbrados a ello y hacen de tripas corazón" reconoce. "En cuanto pueda quiero volver", ha sentenciado ante la mirada atónita de sus tíos que han acudido a esperarle a Torrejón.

Quien ya tiene fecha de vuelta es Francisco Valdés. Lo hará en diez días, los mismos que permanecerá cerrado el Instituto Cervantes de Tokio en el que trabaja. Ha llegado acompañado por sus hijos, su mujer se ha quedado en la capital nipona. "Allí tengo mi casa y mi vida", ha asegurado.

El Gobierno español recomendó el pasado jueves a sus ciudadanos que no se acerquen a menos de 120 kilómetros de la central nuclear de Fukushima Daiichi, en la costa este nipona, aunque no considera que la radiación sea perjudicial para la salud de los residentes en Tokio. Japón ha fijado un perímetro de evacuación de veinte kilómetros alrededor de la central de Fukushima y ha pedido a los residentes a menos de treinta kilómetros de la planta que no salgan de sus casas.