Ban Ki-moon es protegido mientras varios manifestantes libios a favor de Gadafi le increpan en El Cairo. / Foto: Ap | Vídeo: Atlas
operación odisea del amanecer

El mando de la misión y los objetivos dividen a los aliados

Italia se plantea retomar el control de sus bases militares en caso de que la OTAN no se ponga al frente de las operaciones

MADRID Actualizado: Guardar
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La operación 'Odisea del Amanecer' progresa en el frente, pero la división entre los aliados sobre el mando de la misión arroja algunas dudas sobre su evolución futura. El portavoz adjunto del Ministerio de Defensa francés, Philippe Pontiès, ha reconocido que, aunque "la coordinación es un asunto extremadamente complejo" y la integración facilitaría los intercambios entre las distintas naciones participantes, hasta ahora funciona y se ha cumplido el objetivo de disminuir la presión contra los civiles.

El portavoz del Estado Mayor galo, Thierry Burkhard, ha apuntado que desde el principio la coordinación está en manos estadounidenses, que "optimiza" las capacidades de cada uno y distribuye la zona y el tiempo de actuación. En el caso de que la OTAN llegara a intervenir, su papel sería de "apoyo", ha precisado Pontiès, según el cual el trabajo de organizar a las fuerzas galas, estadounidenses y británicas es tan complejo que es "difícil dar consignas precisas y la apreciación de los propios pilotos juega un papel crucial" a la hora de actuar.

Pero no todos parecen estar tan convencidos. Italia ha advertido de que se plantea retomar el control de sus bases militares, desde las que están partiendo aviones de la coalición internacional que ataca Libia, en caso de que el mando de la operación no pase a manos de la OTAN. "Si hay una multiplicación de mandos, lo que sería un error en sí mismo, tendríamos que buscar fórmulas para que Italia retome el control de sus propias estructuras", ha manifestado el ministro de Exteriores transalpino, Franco Frattini, en Bruselas.

Los países de la OTAN han cerrado sin acuerdo otra jornada de discusiones sobre una posible implicación de la organización en operaciones en torno a Libia y volverán a estudiar la cuestión mañana. Las reticencias de Turquía (el único país musulmán de la organización) y de Alemania a participar en los ataques que comenzaron el viernes están causando buena parte de los retrasos a la hora de decidir el posible papel de la Alianza.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha confirmado que su país renunciará "en cuestión de días" a su papel dominante en la intervención militar una vez que las defensas antiaéreas del régimen de Gadafi queden inutilizadas. En una comparecencia conjunta con su homólogo chileno, Sebastián Piñera, Obama ha asegurado desde Santiago de Chile que, aunque Gadafi "necesita irse", la misión ratificada por el Consejo de Seguridad de la ONU tiene como objetivo proteger a la población civil libia.

La apreciación de Obama es una referencia a otro de los puntos que han generado fisuras entre los aliados, el de si acabar con Gadafi es uno de los objetivos de la misión. Las divergencias han cobrado protagonismo después de que anoche los ataques de los aliados consiguiesen destruir un edificio administrativo del complejo residencial Bab al Aziziya del coronel. Ese complejo ya fue bombardeado por Ronald Reagan en 1986 y desde entonces el régimen se ha valido de él como un símbolo. El portavoz del Gobierno de Libia, Mussa Ibrahim, aseguraba que había sido "un bombardeo bárbaro" en el que el objetivo era asesinar a Gadafi. Los países de la coalición han negado que esa sea su intención, señalando que el inmueble era un blanco prioritario porque contiene la infraestructura de control sobre las tropas libias. Sin embargo, el ministro británico de Defensa, Liam Fox, ha insinuado en declaraciones a la BBC que Gadafi podría ser él mismo blanco militar de la coalición.

Los disparos vuelven a surcar el cielo de Trípoli

Los disparos de las baterías antiaéreas de Trípoli han vuelto a oirse esta noche, la tercera desde que comenzaron los ataques aéreos de la coalición, según ha informado en directo desde la capital libia la cadena de televisión catarí Al Jazeera. Fuertes explosiones se escuchaban desde el centro de la ciudad a las 19.45 horas GMT. En el cielo de Trípoli se aprecian decenas de trazos rojos que deja el fuego antiaéreo sobre el fondo nocturno.

Es un signo más de que la intervención militar internacional contra Libia se ha intensificado. Después de que ayer la coalición internacional diese por establecida una zona de exclusión aérea sobre el país africano y de que el jefe del Estado Mayor del Ejército estadounidense, el almirante Mike Mullen, asegurase que han conseguido detener la ofensiva de Gadafi sobre Bengasi, la novedad es que las fuerzas aliadas extenderán hasta la capital la zona de exclusión, según ha afirmado el general Carter Ham. "Se ampliará ahora hacia el sur y el oeste y pronto llegará a Trípoli, es decir, una franja de unos 1.000 kilómetros", ha explicado el jefe del Mando Unificado Africano de EEUU con sede en Sttutgart (Alemania), que ha señalado que desde el inicio de las operaciones aliadas "no se observa actividad de aviones (militares) libios". pero que contempla que tras los ataques se produzca una situación de "estancamiento" en la que persista el actual Gobierno del país.

El régimen ha denunciado que bombardeos perpetrados por las fuerzas internacionales contra la zona portuaria y el aeropuerto de la ciudad de Sirte han provocado la muerte de "muchas personas". Musa Ibrahim ha indicado que uno de los objetivos ha sido "un aeropuerto civil". Sirte, ubicada en la zona central del país magrebí, es la ciudad natal de Gadafi.

Mientras tanto, los rebeldes libios, liberados de la presión de las tropas de Gadafi en torno a Bengasi, han intentado recuperar hoy el terreno perdido antes de que comenzaran los ataques de la coalición internacional y han continuado los combates en Ajdabiya, en la zona oriental del país y Misrata, en el oeste. En los alrededores de Bengasi y en la carretera que la une con Ajdabiya, a 160 kilómetros al sur, se podían ver varios tanques y vehículos calcinados tras tres días de ataques aéreos de las fuerzas internacionales.

Las tropas gadafistas parecen haber buscado refugio en las ciudades, donde se encuentran en principio a salvo de los bombardeos aéreos internacionales y pelean por el control de Ajdabiya con los insurgentes armados que todavía permanecen en la localidad. Según Abdelhafid Ghoga, vicepresidente y portavoz del Consejo Nacional Transitorio (CNT), órgano de dirección de los rebeldes en el este del país, la entrada oriental de esa ciudad ha sido recuperada por sus tropas. Ghoga ha señalado que a las milicias gadafistas que todavía continúan parapetadas en algunos edificios de Bengasi se les ha dado de plazo hasta la noche de mañana para rendirse y ha advertido de que, en caso contrario, serán considerados "enemigos de la revolución". El portavoz del CNT ha rechazado cualquier diálogo o posible contacto de los rebeldes con el régimen de Trípoli, en referencia a la 'marcha verde' hacia Bengasi a la que ha instado hoy Gadafi para "arreglar pacíficamente" el conflicto.

Gadafi pide una "marcha verde" sobre Bengasi

El coronel llamó a los libios de todas las regiones del país a organizar una "marcha verde popular estratégica" hacia la ciudad de Bengasi con ramas de olivo en las manos para impedir "la agresión extranjera". La marcha debería reagrupar a decenas de tribus libias para "arreglar los problemas de forma pacífica y no dar ocasión a los enemigos que atacan Libia y buscan apoderarse de sus riquezas". "El dictador y sanguinario Gadafi busca sembrar la cizaña y la división en el seno de los libios. Advertimos a todas las personas que se aproximen a Bengasi en el marco de esta marcha que serán consideradas como enemigos", ha resaltado Ghoga a la cadena emiratí Al Arabiya.

El portavoz rebelde ha indicado que en la ciudad de Misrata, la tercera del país, a 210 kilómetros de Trípoli, la situación es "crítica", ya que no hay electricidad, agua corriente ni gasolina. Según los rebeldes, las tropas de Gadafi, que han tomado la principal avenida del centro de esa ciudad, utilizan a algunos habitantes de localidades vecinas como escudos humanos y se han registrado hoy "más de 40 muertos" y "más de 200 heridos".

Los cazas españoles entran en acción

En este escenario, los aviones de combate con los que España contribuye al establecimiento de la zona de exclusión aérea avalada por la ONU sobre Libia ya han finalizado "sin novedad" su primera misión y los dos de las cuatro aeronaves de combate F-18 que han despegado esta mañana desde la base de Decimomannu (en la isla de Cerdeña y una de las siete puestas a disposición por Italia) ya han regresado a tierra, según ha informado la ministra de Defensa, Carme Chacón. También ha regresado a la base italiana el avión de reabastecimiento en vuelo Boeing 707 del Ejército del Aire.

Estos aparatos, que van armados con misiles aire-aire, tienen asignada la tarea de realizar patrullas sobre el espacio aéreo libio, para impedir que ningún avión 'hostil' lo ocupe. Para ello, están autorizados a abrir fuego si es necesario, según las normas de enfrentamiento de la coalición. Los cuatro aparatos han entrado en la rotación de varias horas establecidas por el mando de la operación, que ejerce el comandante estadounidense William Walt.

El submarino 'Tramontana', con una dotación de unos 60 militares de la Armada a bordo, también ha salido a primera hora de esta mañana de su base de Cartagena (Murcia), como ha hecho también la fragata F-100 'Méndez Núñez', para sumarse al dispositivo de la OTAN en la zona de operaciones para el embargo a Libia, dispuesto en la resolución de Naciones Unidas. Chacón ha explicado que también las bases de Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla) "reciben medios que se preposicionan para acudir a la zona".

Mañana, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pedirá autorización al Congreso de los Diputatos para que España contribuya a la zona de exclusión aérea durante un mes prorrogable y durante tres meses, también prorrogables, a la imposición de un embargo de armas al régimen de Gadafi.