Interior de la Bolsa de Madrid. / Archivo
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Menos sensación de peligro

El selectivo se apunta un 2,31% y las ganancias anuales aumentan hasta el 4,73%

MADRID Actualizado: Guardar
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Los indicadores europeos vivieron una sesión de rebote, la primera después de seis días consecutivos de descensos que los llevaron a cotizar a los ratios más atractivos de los dos últimos años. Posiblemente, los inversores se fían de los gestores que aconsejan retomar posiciones en Bolsa tras los fuertes descensos de los últimos días. Por ejemplo, Jesús de Blas, de Crédit Agricole-Mercagentes, dice que está comprando en el entorno de los 10.100 puntos del Ibex, sobre todo en los valores más castigados, como Telefónica, algún banco, Inditex, algunas constructoras y, también, IAG. Eduardo Faus, de Renta 4, cree que los 6.400 puntos del Dax también son buenos niveles para tomar posiciones. Aunque nadie descarta nuevos descensos bursátiles. De hecho, en la jornada de hoy, posiblemente, los inversores hayan apostado por retomar posiciones en Bolsa ante las especulaciones sobre la próxima reunión del G-7, en la noche del jueves al viernes, que podría calmar a los mercados. Asimismo, en el mercado también circulaba el rumor de que el Banco de Japón no intervendría en el mercado de divisas para depreciar al yen desde los niveles más altos alcanzados desde la Segunda Guerra Mundial, que muchos analistas consideran peligrosos para las exportaciones del país. Y, cómo no, detrás de los avances, posiblemente, también se notaba la confianza de los mercados después de que Tokyo Electric Power, propietaria de la central de Fukushima, informara de sus planes para luchar contra la posibilidad de una fatal fusión nuclear.

Muchos índices del Viejo Continente cerraron la sesión con subidas de más de un 2%. En el Eurostoxx 50, los valores más rentables fueron Alstom y CRH, que avanzaron más de un 5% cada uno.

A continuación, algunas compañías industriales, como Siemens o Schneider, que ganaron más de un 4%. Unicredito ha elevado la recomendación sobre la segunda de estas empresas porque será una de la que más partido le sacará al incremento de los precios de la electricidad que ya se está produciendo. Las aseguradoras, fuertemente castigadas en las últimas sesiones, como Axa, Allianz o Munich Re, también se apuntaron más de un 4%. El único valor del selectivo europeo que terminó la sesión en negativo fue Crédit Agricole.

En el Ibex-35, Repsol fue el valor más rentable, con una revalorización del 4,46%, seguido de Gamesa, que subió un 3,48%, aupado porque China ha echado el freno a su desarrollo nuclear, lo que le otorga un fuerte potencial al fabricante de aerogeneradores español, que ya está presente en el país. Entre las compañías que apuestan por las energías renovables, también destacó Abengoa, con una revalorización del 2,82%. Acerinox y ArcelorMittal subieron con fuerza (un 3,37% y un 2,71%, respectivamente), con vistas a la futura reconstrucción de Japón, que disparará la demanda de materias primas. Y, en el sector financiero, el mejor valor fue el Santander, que subió un 3,25%. El resto de los bancos terminaron la sesión al alza, pero sus subidas fueron muy inferiores: Bankinter ganó algo más de un 2%, BBVA, alrededor de un 1,5%, Popular, poco más de un 1% y el Sabadell, un 0,84%.

En negativo únicamente terminaron tres compañías del Ibex: Red Eléctrica, que cedió poco más de un 1%, Grifols, que se dejó un 0,97% y Acciona, que retrocedió algo más de medio punto porcentual.

Subasta de bonos

Además de la esperanza en el G-7, los mercados contaron con otros motivos para subir. Por ejemplo, en España, la subasta de bonos. El Tesoro español colocó 4.100 millones de euros en bonos a diez y treinta años. El interés del diez años (5,162%) se situó por debajo del nivel al que cotizaban en el mercado secundario. La demanda superó en 1,8 veces la oferta. En el caso de la deuda a treinta años, la demanda superó en 2,1 veces la oferta. El tipo medio se situó en el 5,875%, por encima del 5,488% que pagó en la anterior subasta, celebrada en noviembre.

Al cierre de la sesión, el interés de la deuda española a diez años subía desde el 5,17% del miércoles hasta el 5,24%, mientras que el interés de la deuda alemana a ese mismo plazo avanzaba del 3,09% hasta el 3,17%. El diferencial se movió levemente a la baja, desde el 2,08% hasta el 2,07%. Esto significa, sobre todo el movimiento de la deuda alemana, cuya rentabilidad se movió al alza, que ayer la aversión al riesgo no era tan fuerte: hubo ventas de bonos alemanes. Y también de estadounidenses, porque su rentabilidad también se movió al alza.

También se percibió un movimiento de este tipo en el mercado de divisas, en el que el euro escalaba por encima de 1,40 dólares. Aunque el dólar australiano, moneda arriesgada por excelencia, continuaba perdiendo posiciones. Pero el franco suizo, el clásico refugio, perdía posiciones.

Datos macroeconómicos de EEUU

Los mercados europeos también se vieron aupados por los datos macro publicados en Estados Unidos. Es lo que se puede deducir atendiendo a los gráficos de la sesión, aunque, en realidad, las referencias publicadas fueron mixtas. De hecho, el selectivo español, a partir de que se fueron publicando datos de Estados Unidos subió desde el entorno de los 10.150 puntos hasta los 10.350 en que marcó sus máximos a las cuatro de la tarde. Cerró algo más abajo, en los 10.325,60, lo que supone una revalorización del 2,31%. Los índices de Wall Street también comenzaban la jornada con fuerza.

Coincidió en el tiempo la publicación del IPC con el del paro semanal. La inflación subió un 2,1% en febrero en tasa interanual, una décima más de lo esperado por los analistas. La inflación subyacente, es decir, aquella que excluye de la estadística sus elementos más volátiles, como el combustible y los alimentos, continúa en tasas muy bajas: avanza un 1,1% interanual, también una décima más de lo previsto. En el mundo emergente, prosiguen las intervenciones para frenar la escalada de los precios: ayer era la autoridad monetaria hindú la que subía los tipos, mientras que en Brasil se especulaba con la posibilidad del establecimiento de nuevos impuestos a la inversión extranjera en deuda pública.

Posiblemente, más que estos datos, los que animaron al mercado fueron los de empleo: la semana pasada, el número de solicitudes semanales de subsidios por desempleo ascendió a 385.000, 3.000 menos de las que esperaba el consenso de mercado, aunque el dato de la semana anterior se revisó al alza.

No gustó el dato de producción industrial, que en febrero cayó un 0,1%, frente al avance del 0,6% que preveía el mercado. Y tampoco que el porcentaje utilizado de la capacidad productiva instalada subiera sólo dos décimas, hasta el 76,3%, cuando el mercado esperaba que llegara el 76,5%. Aunque tanto en un indicador como en el otro, las cifras del mes anterior se revisaron al alza.

El indicador de indicadores, un avance de la situación económica de EEUU se aceleró un 0,8%, una décima menos de lo previsto por los analistas. Posiblemente, la mejor referencia del día vino de la Fed de Filadelfia, cuyo índice de actividad manufacturera mejoró de manera sorprendente al mayor ritmo conocido desde 1984.

En el mercado de materias primas, repuntes importantes. Así, tanto el barril de Brent como el de West Texas subían más de un 3%, hasta superar los 115 y los 101 dólares, respectivamente.

Posiblemente, porque Libia y Bahrein siguen constituyendo un problema importante para los mercados. El gas natural subía más de un 4%, porque se considera una de las materias primas que mejor pueden sustituir a la moribunda energía nuclear. También las materias primas agrícolas subían con fuerza. En cambio, el oro y la plata retrocedían levemente. Otra muestra más de que ayer la sensación de riesgo era algo menor.