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Pandev salva el honor del fútbol italiano en un partido de locos

Un gol del macedonio al final permite al Inter seguir vivo a costa de un Bayern que ya acariciaba la venganza

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Un gol de Pandev hizo enmudecer a los bávaros y, contra todo pronóstico después del 0-1 de San Siro y de cómo se desarrollaba el partido en el Allianz Arena de Múnich, permitió al Inter salvar el honor del fútbol italiano y clasificarse para cuartos de final. Por experiencia, por fe, quizá por mayor pegada y por un golpe de suerte, los lombardos sobreviven a costa de un equipo de Van Gaal que cayó cuando ya saboreaba una dulce venganza por la derrota en final de la 'Champions' jugada el año pasado en el Bernabéu.

Fue un partido de locos. Divertido, movido, abierto, con múltiples errores defensivos impropios de dos equipos de este altísimo nivel. Sorprende que un equipo italiano, que supuestamente trabaja sobre todo la zaga, incurra en fallos pueriles y conceda tantas ocasiones de gol. Ver a Lucio intentar irse de dos bávaros dentro de su propia área y perder el balón, producía sonrojo. Igual que observar cómo Julio César, para muchos el mejor portero del mundo, era incapaz de 'embolsar' con el pecho un disparo de Robben. Pero también es surrealista que el Bayern permitiera dar la vuelta a un marcador que manejaba con cierta comodidad en la segunda parte.

El Inter golpeó primero e igualó la eliminatoria en una acción polémica. Eto'o, que intervino en los tres goles, ganó bien la espalda de la defensa pero estaba en posición dudosa cuando el balón salió de la bota del macedonio Pandev. El camerunés no falló ante Kraft y metió el miedo en el cuerpo a los de Van Gaal, que habían salido con muchas precauciones defensivas, con Van Buyten de central y el brasileño Luiz Gustavo de medio destructivo.

Pero el Bayern supo ir a más y esperar sus momentos. No disfrutaba esta vez de las subidas de Lahm, preocupado de vigilar a un Sneijder que partió y se perdió desde la izquierda, pero se aprovechó de los excelentes movimientos sin balón del 'granadino' Mario Gómez. Y sobre todo, de los regalos del Inter , que empató gracias a ese enorme regalo de Julio César que agradeció Gómez.

Cumplida la media hora, la suerte volvió a aliarse con los alemanes. Müller tiró un buen desmarque pero el pase de Robben le llegó porque golpeó en un defensor. Luego, el 'niño prodigio', la gran sensación de la 'Mannschaft' en Sudáfrica junto con Özil, definió con maestría. Apareció mucho más Ribery a partir de entonces y su equipo debió sentenciar antes del descanso. Pero Julio César salvó ante Ribery, un remate inverosímil de Gómez se quedó en la línea y luego golpeó en el palo y Robben se precipitó tras un rechace que le dejó solo.

Acertó de pleno Leandro al poner en liza a Coutinho al poco de iniciarse la segunda mitad. Era el único jugador ofensivo que le quedaba en el banquillo y mejoró las prestaciones de un Stankovic pasado de peso. Del brasileño nació el empate. Combinó con Eto'o, el africano con Sneijder y el holandés acertó desde fuera del área. Hasta la conclusión, el Inter buscó el empate con tanta fe que encontró el premio al final. Entonces, Robben ya se lamentaba de su enésima lesión.