El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen. / Ap
revueltas en el mundo árabe

La OTAN incrementará su presencia en el Mediterráneo ante el recrudecimiento de los combates en Libia

Los aliados enviarán más barcos a la zona para controlar el embargo de armas aprobado por Naciones Unidas

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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La OTAN va a enviar más unidades navales al Mediterráneo central para controlar el embargo de armas a Libia, aprobado por la ONU, según ha anunciado el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen.

La reunión de ministros de Defensa aliados ha acordado también encargar a las autoridades militares que elaboren con urgencia planes detallados para poner en marcha medidas activas con el fin de aplicar el embargo de armas y para poder enviar asistencia humanitaria a Libia, ha agregado Rasmussen, quien ha indicado que se estudian "acciones adicionales" para poner en marcha una zona de exclusión aérea en caso de que reciba "un claro mandato" del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Rasmussen ha dejado claro en la apertura de la reunión de ministros de Defensa aliados que se celebra entre hoy y mañana en Bruselas que la organización solo iniciará una acción en Libia si se cumplen tres requisitos: una necesidad demostrable de intervenir, la existencia de un marco legal claro y el apoyo firme de los países de la región. Además de la posible imposición de una zona de exclusión aérea, la Alianza baraja otras opciones como el establecimiento un bloqueo marítimo a la entrada de armas o la creación de un corredor para suministrar ayuda humanitaria.

Unidad entre los aliados

Rasmussen, en unas declaraciones tras la primera sesión de trabajo de los ministros de Defensa, no ha precisado cuántas unidades navales o de qué tipo serían enviadas a la zona, ya que se trata de una decisión que debe tomar el jefe militar de la OTAN para Europa, el almirante estadounidense James Stavridis. El secretario general sí ha aclarado que la OTAN no se va a implicar todavía en operaciones para hacer respetar el embargo de armas decidido por la resolución 1970 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada el pasado 26 de febrero y que estableció una serie de sanciones al régimen libio por su represión de las protestas pacíficas. Rasmussen ha explicado que para ello la Alianza Atlántica necesitaría una nueva resolución específica.

La OTAN está elaborando planes desde hace prácticamente dos semanas sobre posibles acciones en Libia, aunque siempre ha insistido en que no emprendería ninguna acción sin la petición de Naciones Unidas y un consenso internacional. El danés Rasmussen ha recalcado que la OTAN está "unida" en esta opinión sobre la crisis libia, y ha insistido en que cualquier hipotética actuación requeriría "un claro mandato" de la ONU y un "fuerte apoyo regional" (en referencia a los países árabes), para tener en cuenta las "sensibilidades" en la zona. Por ello, ha subrayado la importancia del diálogo, no solo con Naciones Unidas, sino con organizaciones regionales, como la Liga Árabe o la Unión Africana.

Más bastiones rebeldes en manos de Gadafi

Mientras los aliados debaten las opciones para tratar de atajar la crisis libia, los combates siguen recrudeciéndose y las fuerzas leales a Gadafi reconquistan parte del terreno perdido a lo largo de los últimos días. Los últimos enclaves que han perdido los rebeldes son los de Ras Lanuf, a unos 450 kilómetros al este de Bengasi, y Zauiya, a unos 50 kilómetros al oeste de Trípoli. Ambas localidades han estado sometidas a intensos bombardeos durante las últimas jornadas que han diezmado a los opositores al dictador. Saif al Islam, hijo del coronel Gadafi, ha anunciado una gran ofensiva para aplastar a los rebeldes y ha prometido que el régimen no se rendirá aun en caso de que haya una intervención militar por parte de la comunidad internacional.

El goteo de víctimas no hace sino incrementarse y el tiempo para lograr que Gadafi abandone el poder se le acaba a la comunidad internacional a medida que los rebeldes ceden terreno. De ahí la importancia del incremento de la presencia militar por parte de la OTAN y la intensificación de las negociaciones en el seno de la UE para tratar de adoptar una posición común sobre la crisis.

El reconocimiento por parte de Francia de los rebeldes del Consejo Nacional Libio de Transición (CNLT) como únicos "representantes legítimos" de su país ha creado un nuevo apuro para la Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, quien ha advertido a los países comunitarios contra un reconocimiento unilateral de este tipo sin coordinación comunitaria y una decisión previa de la Liga Árabe.