El recién nombrado vicepresidente Omar Suleiman ha presidido la reunión de los representantes políticos de la oposición./ Reuters
comienza la transición en egipto

Gobierno y oposición acuerdan reformar la Constitución

Crean un comité para derogar artículos tan importantes como el 76 y 77, que estipulan los requisitos para ser candidato presidencial y el número de mandatos que se puede permanecer en el poder

MADRID / EL CAIRO Actualizado: Guardar
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El vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, y representantes de la oposición han acordado realizar reformas constitucionales y poner fin a la Ley de Emergencia, vigente en el país desde 1981. En una reunión mantenida hoy se ha acordado la reforma de los artículos 76 y 77, que estipulan los requisitos para ser candidato presidencial y el número de mandatos que puede tener el jefe de Estado como parte de un proceso no respaldado por los jóvenes que mantienen tomada la plaza Tahrir y que continúan exigiendo la dimisión del presidente Hosni Mubarak.

Destacadas figuras opositoras han explicado que las conversaciones mantenidas con el vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, han sido positivas, aunque aún no se ha llegado a un acuerdo integral sobre un programa de reforma política. "Rechazamos por principio tanto el diálogo como la negociación antes de la marcha de Mubarak. Estamos abiertos a tratar el futuro, pero sólo después de que se vaya Mubarak", ha explicado uno de los miembros del Movimiento 6 de Abril, uno de los principales grupos tras las protestas masivas desatadas hace trece días, Mohamed Adel.

Estas conversaciones del vicepresidente con otros grupos opositores obvian "las demandas del pueblo", ha manifestado Adel, cuya organización, no está incluido en las negociaciones iniciadas por Suleiman. En las negociaciones sí estaba representado en cambio el grupo islamista ilegalizado Hermanos Musulmanes, hasta ahora marginado y perseguido, aunque tolerado, por el régimen de Mubarak.

El comunicado resultante de la reunión difundido por el Gobierno no incluye mención alguna a una futura dimisión de Mubarak, sino que insiste en las propuestas de reforma planteadas por el propio presidente egipcio en su discurso del pasado 1 de febrero. Entonces, Mubarak aseguró que no dimitiría hasta que concluyera su mandato, en septiembre.

El texto promete que el Gobierno iniciará las gestiones para la liberación de los activistas encarcelados y que adoptará medidas para garantizar la libertad de prensa. Además, la leyes que establecen el estado de emergencia serán derogadas "conforme a las condiciones de seguridad", lo que da un amplio margen de maniobra al Gobierno en virtud de su interpretación.

Acuerdos "insuficientes"

Un dirigente de los Hermanos Musulmanes, Saad Katatni, ha explicado que el grupo ha reiterado su exigencia de enmiendas constitucionales. "El diálogo todavía no conduce a nada (...). La mayoría de las peticiones no han sido respetadas", ha confirmado.

Entre esas demandas ha citado la renuncia de Mubarak, una exigencia que venían poniendo los grupos de la oposición como condición previa para cualquier diálogo con las autoridades egipcias. Pero ahora, según han aclaradon los dirigentes del grupo islámico, Egipto vive "en una nueva legitimidad", ya que el régimen de Mubarak "si está, es tan sólo de una manera física".

Mubarak anunció recientemente que no tenía intención de presentarse a las elecciones presidenciales de septiembre. De hecho, nombró a un vicepresidente, Suleimán, para ocupar un puesto vacante desde que llegó al poder en 1981. "Es un momento que los Hermanos Musulmanes no podemos dejar pasar", ha afirmado Katatni, quien ha asegurado que su presencia en el diálogo impulsado por el Gobierno busca "dar garantías a los derechos de la revolución".

Otros grupos opositores también se han mostrado optimistas. "La reunión ha sido positiva en términos generales, pero es sólo el principio. Valoramos el encuentro con Omar Suleiman aparte, tras la reunión general con todas las fuerzas políticas", ha indicado por su parte Mustafa Naggar, coordinador de la Asociación Nacional por el Cambio, el movimiento de Mohamed El Baradei. "Hemos exigido una transformación democrática completa y no reformas parciales. Sin embargo, Suleiman respondió que la 'democracia llega en fases y espero que haya un pacífico periodo de transición y el gobierno civil'", ha afirmado Naggar.

Más manifestantes en la plaza Tahrir

El cauce abierto por Suleimán parece haber mitigado un tanto la presión de Washington. No obstante, la Casa Blanca se mantiene alerta y, por boca del vicepresidente Biden, remarcó la necesidad de que se establezca una agenda concreta de reformas en el país y plazos claros para su aplicación. En la conversación telefónica que mantuvo con Suleimán, Biden solicitó la liberación inmediata de los periodistas, activistas y defensores de los derechos humanos que han sido encarcelados sin motivo en el país. El presidente Obama, por su parte, se ha mostrado convencido, en una entrevista concedida a Fox News, de que Egipto "no volverá a ser lo que era".

Mientras, los cientos de manifestantes que mantienen tomada la plaza Tahrir han comenzado a instalarse y a acomodarse en tiendas y puestos más elaborados en el que es ya el día trece de protestas masivas contra el régimen del presidente Mubarak.

Uno de los manifestantes acampados, Mohamed Awad, hacía café esta mañana en ante la leña encendida de delante de su tenderete de plástico levantado en plena plaza Tahrir. "Me voy a quedar aquí hasta que se vaya", explica Awad, parado de 25 años ataviado con su cinta de honor en la cabeza en recuerdo de los fallecidos en las protestas. Unas 300 personas han muerto desde el inicio del levantamiento, según cifras extraoficiales, y los manifestantes ya piden que se cambie el nombre de la plaza por el de plaza de los Mártires.

Desde primera hora comenzaron a llegar más y más manifestantes, la mayoría jóvenes, que han llenado la plaza pacíficamente ante la atenta mirada de los militares desplegados en la zona. La tranquilidad es de nuevo la nota dominante después de los tres días de disturbios provocados por los ataques de manifestantes favorables a Mubarak, durante los que los militares siguieron haciendo lo mismo: nada.