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El Madrid se queda sin gol

El Murcia ha conseguido su objetivo de mantenerse sin encajar un tanto ante un Real Madrid esforzado pero sin inspiración ante el gol.

MADRID Actualizado: Guardar
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El Madrid apabullante, dominador e imponente de la Liga no se vio en La Nueva Condomina. Los blancos no pudieron pasar de un pobre empate a cero frente al Murcia, un Segunda B, en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Un resultado, en principio, anecdótico gracias a la incomprensible insistencia de la Federación en las eliminatorias a doble partido en estas rondas y que permitirá a los ‘merengues’ resolver el fiasco en el Bernabéu. El Madrid fue el único que intentó ganar, tuvo ocasiones, pero la dinamita mostrada ante Racing o Deportivo no apareció. El Murcia, con un sólido partido en defensa, bastante consiguió con frenar las embestidas del rival.

Los blancos salieron con energía y monopolizaron el balón. No querían sustos ante un Segunda B. Los fantasmas del Alcorcón estaban muy presentes. Los locales se mantuvieron agazapados sin salir de su campo. Poco más podían hacer ante la aplastante superioridad del rival. El Murcia suplía sus carencias futbolísticas con la moral de enfrentarse ante el Madrid. Mourinho, para minimizar cualquier riesgo, mantuvo en el once a varios titulares como Ramos, Pepe o Cristiano Ronaldo. Para el portugués no existe un partido menor o de relajación. El luso mantuvo el mismo hambre ante un Segunda B que ante el Milan en ‘Champions’. Se ofreció, presionó y disfrutó de un par de ocasiones. Una actitud que ponía más en evidencia a Benzema. El delantero galo sabía que su actuación sería observada con lupa desde la grada, el banquillo y el palco. Mourinho había dejado claro que quien no rindiera en Murcia, no jugaría ante el Hércules. El mensaje iba dirigido sobre todo a los jugadores no habituales. El francés no se sintió estimulado por las palabras de su técnico y se mantuvo en la misma línea gris que tomó desde su llegada al Bernabéu. En la Nueva Condomina parecía un jugador apagado, desenchufado de sus compañeros, resignado a su desdicha.

Lento y previsible

Más allá de Benzema, el Madrid tenía el partido controlado. Las catastróficas eliminatorias de los últimos años convirtieron el lógico dominio blanco en noticia. Casillas, que volvió a disputar un partido de Copa cuatro años después, fue un espectador más. Desde su solitaria área pudo ver cómo sus compañeros eran incapaces de crear peligro. Sí, tenían la pelota. Sí, no sufrían en defensa. Sí, cercaban la portería de Dani Hernández. Pero su ritmo lento y previsible, sin ninguna profundidad, era anodino e inocuo. Sólo alguna individualidad podía cambiar el partido. Granero estuvo a punto de hacerlo, pero su tiro desde la frontal se topó con el larguero. El resto de no habituales tampoco ofrecieron nada para dejar esa categoría. Canales rivalizó con Benzema en desconexión, Diarra vio una amarilla pronto y se pasó el resto del encuentro midiendo para no ser expulsado y Pedro León, el más voluntarioso, no estuvo afortunado de cara a puerta.

Poco a poco, el Madrid se fue enredando en la maraña defensiva del Murcia, una estrategia que ha permitido a los pimentones mantenerse invictos y no haber encajado un solo gol en su feudo esta temporada. La segunda mitad comenzó con el mismo guión. El Madrid dueño de una posesión estéril, el Murcia atrás defendiéndose con uñas y dientes y Benzema desaparecido. La paciencia de Mourinho se terminó y dio entrada al eficaz Higuaín en detrimento del ariete francés. También Khedira salió por Granero en el centro. Los cambios no dieron más fluidez en el juego blanco, pero sí más verticalidad y mordiente. Fueron los minutos para Dani Hernández. El guardameta local sacó un pie prodigioso ante un remate a bocajarro de Pedro León. También desbarató varios remates de Di María -salió por Cristiano- y se convirtió en el héroe murciano. El Madrid tendrá una segunda oportunidad en el Bernabéu para evitar una nueva catástrofe.