Antonio Gutiérrez ha informado al PSOE de que no apoyará la reforma laboral. / Foto: Efe |Vídeo: Atlas
votación en el congreso

Los diputados del PSOE se quedan solos en la convalidación del nuevo modelo del mercado de trabajo

El socialista Antonio Gutiérrez se desmarca de su grupo y se abstiene como el PP, CiU, PNV, Coalición Canaria, UPN y UPyD

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Primer trámite superado pero con un claro mensaje al Gobierno. El decreto ley de la reforma laboralhoy convalidado no gusta ni a la derecha ni a la izquierda y unos y otros tratarán de introducir sus enmiendas hasta su aprobación definitiva, prevista para después del verano. Únicamente han votado a favor los diputados socialistas, y no todos, porque Antonio Gutiérrez, ex secretario general de Comisiones Obreras, se ha sumado al bloque abstencionista.

El número de abstenciones, 173 en total, ha superado en la convalidación al de los síes del grupo socialista (168), cuyos diputados se han quedado solos. Los de PP, CiU, PNV, Coalición Canaria (CC), UPN y UPyD han pulsado en sus escaños el botón de la abstención. El voto en contra ha quedado muy reducido al sumar ocho, los de los grupos parlamentarios de izquierda: ERC, IU, ICV, BNG y Na-Bai.

El debate en el Congreso lo abría el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que aseguraba que la reforma favorece directamente a más de ocho millones de parados o trabajadores con un contrato temporal, mientras que mantiene los derechos de otros 11,5 millones de asalariados. Según el ministro, la reforma no abarata el despido, puesto que cualquier trabajador con contrato indefinido percibirá la misma indemnización "antes y después de la reforma". En su opinión, el texto redactado por el Gobierno mejora las condiciones laborales y la capacidad competitiva de las empresas, puesto que las dota de mayor flexibilidad, lo que contribuye a incrementar la productividad de la economía. Con estos argumentos ha pedido a todos los partidos que lo convalidaran porque, según ha apuntado, sus planteamientos son "equilibrados y sin merma de derechos".

La oposición, en bloque contra la reforma

El mensaje no ha calado en los grupos de la oposición, que han coincidido en criticar unánimemente el decreto. Consideran que es una norma que "abarata enormemente el despido" y resulta "insuficiente y confusa", por lo que han expresado su intención de "enderezarla" en el trámite parlamentario que se ha abierto tras la convalidación.

La portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, ha señalado que Corbacho es uno de los "principales críticos" de la reforma dentro del Gobierno porque ha dicho "públicamente" que no creará empleo y ha admitido que "llega tarde". "Suerte que no siendo diputado no le tocará votarla", ironizaba la dirigente 'popular', que ha atribuido a la "indecisión y arrogancia" del Gobierno el retraso de dos años en la medida. "La reforma laboral del Gobierno es la del despido y la que salga de este Parlamento debería ser la del empleo", ha afirmado entre abucheos de la bancada socialista, a la que Sáenz de Santamaría ha reprochado su "talante" negociador.

El portavoz de Trabajo de CiU, Carles Campuzano, ha achacado al "absentismo" del Gobierno el fracaso del diálogo social y que se haya "perdido demasiado tiempo" por sus "prejuicios" ideológicos para aprobar finalmente una medida "continuista" con las aprobadas desde 1994. "No supone ninguna revolución". El diputado convergente ha reconocido las propuestas de CiU en algunas de las medidas incluidas en el decreto aunque considera que sigue siendo "incompleto e insuficiente" al ignorar "aspectos sustanciales que habrá que perfilar en la tramitación, como lo relativo a flexibilidad interna.

Su homólogo en el PNV, Emilio Olabarria, ha señalado que la reforma "abarata espectacularmente el despido" y elevará el paro, ya que las condiciones para el despido objetivo no quedan claras, por lo cree que es necesario que el tramite parlamentario "enderece" las propuestas "mal enfocadas" que pueden ser contraproducentes, como a su juicio ocurrió con el decreto de recortes a la hora de recabar la confianza de los mercados.

La diputada de UPyD, Rosa Díez, considera el texto una "oportunidad perdida" por su carácter "insustantivo y confuso", que no aborda lo relevante. "Es un quiero y no puedo", remachaba. El representante de Coalición Canaria, José Luis Perestelo, justificaba su abstención "por responsabilidad", como hizo con las medias de ajuste presupuestario aprobadas casi un mes. En la misma línea, el diputado de UPN, Carlos Salvador, ha señalado que la norma será "injustificada e incompleta" hasta que no se apruebe definitivamente y que se generarán nuevas incertidumbres tras dos años de injustificado retraso.

El 'no' de los partidos de izquierdas

En la defensa de los votos en contra, el portavoz de ERC, Joan Ridao, ha lamentado que la reforma llegue tarde y mal a manos de un Ejecutivo acuciado por la deuda y los mercados con una "manía compulsiva" por los recorte sociales, por lo que será necesario "corregir el tiro" durante el trámite parlamentario

Su compañero de grupo parlamentario y diputado de ICV, Joan Herrera, ha reprochado a Corbacho que "ahora no toca" la reforma laboral y que hay medidas mucho más urgentes, aunque lo peor, a su juicio, es que la propuesta del Gobierno "es fuerte con los débiles" y "débil con los fuertes". La diputada de BNG, Olaia Fernández Dávila, ha expresado su temor a que la norma sea sólo la "antesala de lo que se avecina" con un paquete de medidas que, frente a lo prometido por Corbacho, abarata el despido y merma los derechos de los trabajadores La representante de Nafarroa Bai, Uxue Barkos, se ha sumado al rechazo y ha lamentado que el Gobierno se haya negado a "hincar el diente" a la revisión de la formación profesional, una de las medidas que su formación quiere llevar en sus enmiendas a la norma que se tramitará como "asignatura pendiente" en junio.

Sin más apoyos que el de sus compañeros de partido, el portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso, ha defendido que el Gobierno "ha cumplido" y ahora toca que los grupos pongan las carta bocarriba " y se demuestre quién piensa en la economía española y "quién en las elecciones y los cargos".