Pablo Emilio Moncayo retira a su padres las cadenas con las que se ha manifestado durante estos años por su liberación. / Efe
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Tras doce años secuestrado por las FARC, el sargento Moncayo pasa sus primeras horas libre rodeado de su familia

Para celebrar su liberación, se organiza una fiesta en la residencia familiar del norte de Bogotá

BOGOTÁ Actualizado: Guardar
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El sargento Pablo Emilio Moncayo se encuentra rodeado de su familia como un hombre libre tras doce años cautivo por las FARC, que lo entregó a una misión humanitaria encabezada por la senadora Piedad Córdoba. Y está sano y salvo, ya que el agente ha solicitado el alta del Hospital Militar Central de Bogotá, donde se le ha realizado un chequeo médico, para pasar las primeras horas junto a su familia, tal y como sus allegados han solicitado al Gobierno desde el anuncio de su liberación.

En su honor, la familia va a celebrar una fiesta en su residencia del norte de Bogotá. El profesor Gustavo Moncayo, padre del sargento, ha señalado que preparan una gran ceremonia a la que están invitados todos aquellos que quieran acercarse y en la que van a participar distintos grupos folclóricos de música andina, llanera y vallenato. "Hay una madre, unas hermanas, un padre y unos sobrinos que hemos esperado mucho tiempo y nos merecíamos esta primera noche y ese primer día. Desde el principio dijimos que el primer día es para la familia", ha dicho el profesor al diario local El Tiempo.

El padre de Moncayo ha confesado que ha sentido "demasiada emoción" al comprobar que su hijo estaba en casa conversando con su madre sobre las cosas que habían pasado en estos años de cautiverio y los mensajes de apoyo y cariño que han recibido de toda la población. "Al abrir mis ojos escuché que Pablo Emilio estaba conversando con la mamá, mirando fotos, cuchicheando sobre lo que ha pasado. La mamá lo estaba actualizando sobre cómo la gente le envía mensajes de cariño", ha agregado el docente.

Sus primeros momentos con la familia

El helicóptero Cougar de las Fuerzas Armadas de Brasil se encargó de trasladar a Moncayo desde la selva hasta el aeropuerto de Florencia, en el sureño departamento de Caquetá, a las 17.40 hora local (22.40 GMT), tras un operativo exitoso que se vio ensombrecido por las inclemencias del tiempo y las fuertes lluvias que arreciaron en la zona.

Inmediatamente después de bajar de la aeronave, Moncayo, que fue secuestrado cuando tenía 19 años, se fundió en abrazos con sus padres, Gustavo Moncayo y María Estela Cabrera, para después tomar en los brazos a su hermana de cinco años que no conocía, pues nació durante su trágico secuestro. El sargento fue recibido por otros familiares, saludó a todos, a sus hermanas, a su sobrino, que tampoco conocía, y volvió a fundirse con su padre, con quien elevó los brazos dejando al descubierto las cadenas que el profesor Moncayo ha llevado alrededor de su cuello y sus manos en los últimos años. Estas cadenas han sido el símbolo de la tragedia del secuestro en Colombia y similares a las que portó su hijo como cautivo en la selva.

Pablo Emilio, ya con 32 años y su juventud perdida, caminó por la pista del aeropuerto de Florencia y mostró aparentemente un buen estado de salud, vestido con traje militar y con una gorra sobre su cabeza también perteneciente a la Fuerza Pública. En medio de la emoción, Moncayo recibió flores blancas y un globo blanco, que rápidamente soltó y se esfumó en las alturas, como símbolo de libertad.

Por amor al pueblo colombiano

En sus primeras declaraciones tras su liberación, Moncayo ha afirmado que había soportado todas las penurias de sus 12 años de secuestro por "el amor a mi pueblo colombiano", y ha dicho sentir "orgullo" por vestir su uniforme de militar del Ejército colombiano. También se ha referido a sus compañeros secuestrados Libio José Martínez y Carlos Duarte, que le pidieron que enviara un mensaje en su nombre para que se logre su pronta liberación, ya que sus vidas "corren peligro".

El militar ha mostrado su agradecimiento a sus familiares, a los líderes políticos que colaboraron en el proceso de su liberación y a los periodistas que ayudaron para que los mensajes de los familiares les llegaran a los secuestrados. Moncayo ha mencionado, entre otros, "a la incansable Piedad Córdoba", al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y al presidente de Brasil, Lula da Silva, aunque en ningún momento ha mencionado al presidente de Colombia, Álvaro Uribe.

Preguntado sobre las FARC, Moncayo se ha mostrado esquivo. "Lo que yo diga sobre las FARC en nada va a cambiar la historia de Colombia", ha afirmado, añadiendo que la guerrilla es una "realidad" en Colombia que no se puede ignorar "pese a que algunos se empeñen en hacerlo".