Sociedad

Mensajes más contundentes para evitar que los jóvenes beban alcohol en exceso

Los expertos abogan por que las campañas de prevención imiten la dureza que se aplica en el tabaco o el tráfico

IBIZA. Actualizado: Guardar
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El alcohol se ha convertido en la primera opción para el ocio y el esparcimiento de los jóvenes españoles. Tanta es su influencia que es muy difícil encontrar a alguien que no haya ingerido nunca una cerveza o un cubata. La Encuesta Estatal sobre el Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias (Estudes) señalaba en su último informe -correspondiente a 2012- que el 74% de los adolescentes entre los 14 y los 18 años había bebido una copa en el último mes; además, el 43% de los chicos de 16 años y la mitad de los chavales de 17 años se habían apuntado a la moda del 'bringe drinking'en los últimos 30 días. O lo que es lo mismo, el 'atracón': beber cinco copas en dos horas para ver quién se coge la mayor borrachera en el menor tiempo posible. La Organización Mundial de la Salud indica en su último análisis mundial, que está acotado a todo el año 2013, que el 16% de los mayores de 15 años en el mundo apuestan por el botellón, siendo en España algo inferior (13,4%) con una mayor proporción de hombres (20%) que de mujeres (7,3%).

Unos datos que demuestran que algo falla cuando los menores españoles solo ven en la botella el principal reclamo de diversión. Pero es una alegría temporal que puede acarrear problemas a corto y medio plazo. «El alcohol es la droga más tóxica que existe. No solo afecta a la persona que es alcohólica, sino que repercute en su vida familiar, laboral y en todas las relaciones sociales», explica el doctor Antonio Terán, coordinador del Centro de Adicciones San Juan de Dios de Palencia. Sin embargo, los jóvenes no se percatan de la peligrosidad del alcohol.

Terán, durante la celebración de un seminario organizado por Ludbeck en Ibiza, se remite al estudio del Plan Nacional de Drogas: mientras el 99% de los encuestados advertían de los efectos nocivos de la heroína, solo el 45% veía los riesgos de cubatas, cervezas o vino. «El joven es omnipotente y omnisciente. Se cree que controla. En cambio, no se da cuenta de que el alcohol es como un topo: trabaja por dentro hasta que sale a la luz y se muestra. Se pueden colocar en el precipicio, pero no caerán hasta dentro de diez o quince años. Entonces el problema es más grave», ejemplifica Terán, quien reconoce que cada vez hay más jóvenes que acuden a las consultas médicas. Aunque con un pequeño pero importante matiz. Lo hacen por culpa de las consecuencias hacia los demás: órdenes judiciales por culpa de un accidente de tráfico o de una pelea y el hartazgo de las personas que los rodean.

En este ámbito, es necesario un cambio en los mensajes que se dan a los jóvenes, para que actúen, y ser más agresivos y contundentes. «Por ejemplo, no saben que, si bebes mucho, puedes sufrir un gatillazo», añade el doctor. «Esa información puede ser más útil que cualquier mensaje preventivo. O que en un futuro produce alopecia o en ellas sequedad vaginal», explica el experto, que defiende mensajes del estilo 'Fumar mata' que aparece en todas las cajetillas de tabaco para que realmente tomen conciencia de la gravedad.

Y, por supuesto, impedir un acceso tan fácil al alcohol. «No tiene sentido que si voy a echar gasolina, pueda comprar una botella de alcohol. Y lo mismo pasa con las tiendas de 24 horas», explica el doctor Antoni Gual. Para el jefe de la Unidad de Alcohología del Hospital Clínic de Barcelona, es fundamental que «la sociedad entienda que el alcohol no es un objeto de consumo habitual», que tiene propiedades nocivas. «Incluso el vino, aunque la normativa diga que es un alimento», apunta el doctor Gual, quien aboga por unas medidas mucho más radicales para acotar un problema que, según un último estudio, a punto de ser publicado, acaba con la vida de uno de cada ocho europeos. «Nada de publicidad, subir los precios y restringir al máximo la accesibilidad», apunta Gual.