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Fotograma de 'Viaje a la Luna', rodada en París en 1902. :: R. C.
Sociedad

Georges Méliès, el primer ilusionista del cine

El legado del pionero cazados de sueños, padre del cine fastástico, se reúne en una muestra que agrupa más de 400 objetos originales

M. L.
MADRID.Actualizado:

El cine no sería lo que es sin la pasión de Georges Méliès (1861-1938). Este visionario comprendió antes que nadie que «las películas tienen el poder de capturar los sueños». Cuando el cine estaba en mantillas Méliès fue capaz de incorporar la magia, jugar con las ficciones, alimentar la fantasía y hacer que la mente del espectador volara mucho más allá de la Luna que él alcanzó con su imaginación. Dibujante, mago, director teatral, actor, decorador y técnico, este pionero 'Leonardo del celuloide' realizó más de 500 películas entre 1896 y 1912 de las que fue productor, realizador y distribuidor. Cayó en el olvido hasta que su obra fue rescatada por el aprecio de grandes colegas.

Un impagable legado que del que se puede disfrutar con la muestra 'Georges Méliès. La magia del cine' que ofrece CaixaForum Madrid. Es la primera dedicada en España al primer ilusionista del cine y profundiza en las raíces culturales, estéticas y técnicas de Méliès. Lo hace mediante más de 400 objetos entre películas, fotografías, dibujos, pósteres, aparatos originales de la época, vestuario, maquetas y muy variada documentación.

La revolución de Méliès se fraguó en las antípodas del cine documental de los hermanos Lumiére, combinando el universo de Jean-Eugène Robert Houdeim, el padre de la magia moderna -no confundir con el gran Houdini-, con la cinematografía de Marey, impulsando así el cine como espectáculo.

Sin los retos técnicos y narrativos que se planteó y resolvió de manera tan rudimentaria como eficaz, esprobable que los desafíos de Georges Lucas, Stanley Kubrick, Steven Spielberg, Ridley Scott y tantos otros magos del cine del siglo XX no se hubieran superado. Ya en el siglo XXI, Martin Scorsese le rendía homenaje en con 'La invención de Hugo' (2011). Hijo de un fabricante de calzado, Méliès reinó en el mundo del género fantástico y del trucaje cinematográfico durante casi veinte años antes de caer en el olvido y la ruina económica, desesperada situación que le impulsó a destruir los negativos de todas sus películas.

Comisariada por Laurent Mannoni, director científico de Patrimonio y del Conservatorio de Técnicas de La Cinémathèque Française, la muestra cuenta con la colección más importante del mundo de objetos de Méliès. Se proyectaran en ella una veintena de filmes, con atención my especial 'Le voyage dans la lune' (Viaje a la Luna, 1902), un hito para la historia del cine y los cinéfilos, con imágenes grabadas en la memoria colectiva universal.

Rodada en un estudio de Montreuil, se inspira en obras de Julio Verne, H. G. Wells, atracciones de feria y la opereta que Offenbach presentó en 1875 en el Théâtre de la Gaîté. La producción se alargó durante meses y exigió una importante inversión. La cinta, -260 metros y 13 minutos de proyección-, incluye 30 escenas. Abundan trucajes sorprendentes, como la famosa y jocosa secuencia en que el satélite recibe el impacto del obús en el ojo -hito del cine como buñueliano ojo cortado por la navaja el 'Un perro andaluz'- o el cuadro donde los astrónomos sueñan con la Osa Mayor, cuyas siete estrellas son rostros femeninos.

La película fascinó al mundo. Se hicieron tantas copias ilegales, especialmente en Estados Unidos, que Méliès abrió sucursal en aquel país para proteger sus derechos. Pionero de los efectos especiales, sus trucos fueron explotados por los genios del cine en las décadas siguientes.