opinión

Las rebajas de Amancio

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Estimado Sr Ortega: Como español, que soy, he de transmitirle mi orgullo al comprobar que es usted una de las mayores fortunas del mundo. Según las listas de la prestigiosa Revista Forbes usted ocupa el segundo lugar en esa larga lista de empresarios honrados y modélicos, después del mejicano Carlos Slim y por delante del americano Bill Gates.

Estos días de rebajas he podido comprobar de primera mano que sus negocios marchan muy bien. En esta España grisácea, de paro estructural, en la que todo empieza a tener olor a alcanfor rancio, parece que lo único que funciona son sus negocios. Zara, Massimo Dutti, Pull & Bear, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home, Uterqüe, baten record de ganancias superando el 17% en el año 2012. He podido evidenciar que las colas en las tiendas de Zara de la capital gaditana eran larguísimas. ¡Hasta una hora tuve que guardar cola para poder adquirir una prenda en las tan ansiadas rebajas!. Durante ese tiempo pude reflexionar sobre cómo alguien puede hacerse multimillonario en pocos años de manera honrada, que no alegal.

Esas etiquetas, que cada vez se parecen más a los prospectos de los medicamentos genéricos, me dieron parte de la solución. La sede social de Inditex sigue estando donde siempre, Avda Diputación, Edificio Inditex (A Coruña), ahora bien las prendas están confeccionadas en los lugares más dispares. Algunos cercanos como Portugal, otros europeos como Bulgaria, República Checa o Eslovaquia, incluso algunos muy lejanos como Indonesia, Vietnam, India o China. Su Central Logística de distribución tiene su sede en Canadá. Su sede de ventas on line radica en Irlanda. A esto me pregunté ¿Alguien en España confecciona para Inditex? Por fin la respuesta la encontré en un cinturón, que lucía a boca llena el rótulo de «Hecho en España». Entiendo que para los cientos de millones de clientes que tiene en sus cerca de seis mil tiendas distribuidas en más de ochenta países sea difícil relacionarle con este país de la Europa pobre del sur, de esa que está de verdaderas rebajas existenciales.

Dicen las malas lenguas que las personas ricas son insensibles a la pobreza, su caso es la excepción que confirma la regla. Ha tenido el detalle de donar el 0,04 % de su fortuna a Caritas. Debemos sentirnos inmensamente agradecidos en nombre de los que lo están pasando tan mal.

En mi atrevimiento le pregunto si se ha planteado mirar hacia el sur, a esta zona tan castigada por el paro, en la que la esperanza es sólo un color y en la que sería bienvenida una inyección de inversión que creara puestos de trabajo en el pujante sector de la moda. Para ésta, la región de Europa con la tasa de paro más elevada, sería un impulso de moral, de la que estamos bastante faltos.

En espera de que pueda tener en cuenta dicha propuesta y quedándole agradecido, reciba un cordial saludo.