opinión

Los médicos del futuro

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Ellos serán tu futuro. Serán los primeros en ver nacer a tus hijos y serán los que encuentren la cura a sus males, serán los que te ayuden a hacerte mayor sin sufrimiento, serán los que te permitan seguir disfrutando de tus padres, los que te den esperanza para luchar, los que te permitan morir con dignidad, los que descubran vacunas milagrosas contra enfermedades que dan miedo hasta pronunciar. Ellos, probablemente, sean ahora la única esperanza de mucha gente, porque la salud es lo primero, por mucha crisis económica que queramos colocar en el primer escalón de nuestra tabla de preocupaciones. Llevan ya varios días en huelga, con megáfono, pitos y pancarta en mano, intentando que abramos los ojos y, visto lo visto, aún les quedan varias jornadas más de protesta para seguir reivindicando lo que creen que les pertenece. Sin embargo, son pocos los que cuando pasan por las puertas del Hospital Puerta del Mar se paran y atienden su llamada. La mayoría pasa de largo, sin reparar en que, para lo bueno y para lo malo, pueden formar parte de nuestras vidas. Piden mejoras laborales, las que se merecen personas que llevan años estudiando y asumiendo responsabilidades vitales. Si fuera por lo que hacen, su trabajo no valdría 800 o 1000 euros al mes, que es el precio que les han puesto los que nos gobiernan. Salvar vidas no debe tener precio, pero si lo tiene, no creo que sea justo el que aparece en sus nóminas. Tampoco es bueno, ni para ellos ni para nosotros, que les aumenten las horas de trabajo y que se multipliquen sus funciones por cada ajuste, por cada recorte de presupuesto. Ahora tienen muchos nombres, unos más dignos que otros, como MIR, residentes o alumnos en formación, pero en la práctica son médicos. Si no les cuidamos en el presente, probablemente, emigren de nuestro país y de nuestra sanidad en busca de un futuro mejor y más justo, en proporción a su cualificación profesional. Y en un futuro próximo, nosotros, sus pacientes, nos lamentaremos de habernos quedado con los brazos cruzados.