XVI festival de jerez

Un ciclón de baile llamado Pastora

La bailaora regresa al Festival de Jerez con su último espectáculo, en el que rememora los estilos más añejos de Triana para combinarlos con la modernidad de las coreografías de su hermano Israel Galván

Jerez Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Decir que el espectáculo de Pastora Galván en el Teatro Villamarta ha levantado expectación es quedarse corto. Emoción, ansia, ganas, impaciencia y alegría, todo a partes iguales, es lo que está provocando la actuación de esta noche entre los aficionados. Si el preludio fue el estreno del festival, donde intervino con el Ballet Flamenco de Andalucía como artista invitada, los privilegiados espectadores de esta noche pueden ir agarrándose ya a la butaca. ‘Pastora’ se estrenó en esta misma cita flamenca en 2009 y regresa con más fuerza si cabe, «más hecho, más esponjao», como detalló la propia bailaora.

La sevillana tiene clara su intención de esta noche: «Cortar oreja y rabo en Jerez». «El espectáculo ha dado un vuelco increíble, tiene cambios en iluminación y coreografía», indicó en la presentación de ayer. «Es un montaje muy sencillo pero a la vez tiene mucho sabor. Sorprende porque en cada momento hay detalles», añadió. Tras las modificaciones, el montaje ganó el premio al espectáculo más innovador de la Bienal de Sevilla.

Galván estará acompañada sobre el escenario por la guitarra de Ramón Amador –que también se arranca al cante con una soleá y una taranta–, las gargantas de Cristian Guerrero y José Valencia y las palmas «del maestro Bobote». La idea, la coreografía y la dirección musical corren a cargo –es marca de la casa– de su hermano Israel. «Con mi hermano muero. Habrá momentos en que se reflejen sus maneras pero también se ve mi personalidad», apostilló.

«Ayyy omaíta, qué miedo»

Esa es la expresión que le salió a Pastora Galván cuando le plantearon qué sentía antes de salir al escenario. «Hay mucha tensión y nervios», asegura. Pero solo le hace falta colocarse sobre la alfombra –que simula la loseta de los bailes antiguos– «para acordarme de todas las gitanas viejas de Triana. Desconecto hasta que termino», asegura.

El espectáculo de esta noche tiene para ella un significado más profundo, si cabe. Tras su colaboración en ‘Metáfora’, es su regreso oficial a los escenarios tras la maternidad. La pequeña Pastora, que ya escucha atenta las palmas, apenas tiene unos meses: «Llevo mucho sin bailar», reconoció la madre.

Así comienza su espectáculo, con la remembranza a su tierra, y va evolucionando, mezclando tradición y vanguardia, gestos antiquísimos con formas modernas. La loseta y la flor en la cabeza dan paso a la mariana, al solo de cante de José Valencia, los pregones, la introducción de la seguiriya, los fandangos, las sevillanas y las malagueñas con verdiales. Le siguen la alegría y la taranta. La historia del flamenco hecha baile.