Restos del esqueleto fenicio más antiguo hallado en Cádiz. :: M. GÓMEZ
HISTORIA

Los arqueólogos del Cómico presentan los restos del gaditano más antiguo

Un esqueleto fenicio del siglo VIII a. C. desbanca a 'Valentín' como el primer poblador del que se tiene constancia

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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A Valentín le acaba de robar el protagonismo un antepasado, cerca de doscientos años mayor que él. El famoso esqueleto fenicio hallado en 2008 en el solar del Cómico, al que los expertos sometieron a un TAC para averiguar más datos sobre él, y dado a conocer públicamente en octubre con este gracioso apelativo, ya no es el primer gaditano conocido. Los arqueólogos del yacimiento, José María Gener y Juan Miguel Pajuelo, ofrecieron ayer nuevos datos sobre su investigación y presentaron a un nuevo individuo, sin nombre en ese caso, cuyos restos se encontraron en el mismo sitio pero cuyo origen es mucho más antiguo. Mientras que la osamenta de Valentín pertenecía al siglo VI a. C., los expertos apuntaron ayer que este otro esqueleto data del siglo VIII a. C. y apareció sepultado por los escombros de unas viviendas de la misma antigüedad.

Acompañados por el concejal de Cultura, Antonio Castillo, y el paleopatólogo Miguel Calero, los arqueólogos gaditanos ofrecieron ayer una comparecencia en el Centro Cultural Reina Sofía, donde presentaron los resultados de las pruebas de ADN practicadas a los dos individuos. Es la primera vez que se realiza este análisis a esqueletos fenicios, ya que según Gener «es muy raro encontrar restos porque lo habitual en aquella época eran las cremaciones». No obstante, sí existen estudios genéticos «realizados a neandertales», precisó el arqueólogo.

Este análisis ha permitido conocer la ascendencia y el origen geográfico de ambos a partir del ADN mitocondrial de los restos óseos y las piezas dentales. Los resultados, expuestos por Calero, ponen de relieve que el individuo más antiguo es de origen fenicio de primera o segunda generación (hijo de padre y madre fenicios asentados en Gadir), mientras que el famoso Valentín era de origen mestizo, «ya que presenta marcadores genéticos propios de la Europa Oriental», junto a los de Oriente Próximo, donde la presencia fenicia fue notable. Así, según el paleopatólogo, «su madre sería de la Península Ibérica y su padre fenicio». En este sentido, está ampliamente documentada la integración de mujeres indígenas en las colonias, sobre todo al principio, cuando aún no hay un grupo suficiente de mujeres que garanticen la viabilidad reproductiva del grupo. «Nuestra historia está ahí», apuntaba ayer Manuel Calero, «y aún se puede investigar mucho más». Eso sí, en lugar de restos arquitectónicos, «se trata de personas, de las que por fin tenemos su carné de identidad».

Esta investigación genética se enmarca dentro de un proyecto mayor, 'Periferia y Centro. La implantación fenicia en Occidente y el Imperio Neoasirio en el siglo VII a. C.', dirigido por el profesor Carlos G. Wagner de la Universidad Complutense de Madrid. Además, el estudio fue realizado por la doctora Sara Palomo en la Facultad de Medicina de dicha universidad. El análisis del ADN permite saber el grupo humano al que perteneció un individuo, su procedencia geográfica e incluso algunos rasgos individuales.

Un tercer individuo

El pasado mes de octubre el arqueólogo José María Gener ya habló de un tercer cuerpo hallado en el yacimiento del Cómico, en este caso desmembrado. Contemporáneo a Valentín, es decir, del siglo VI a. C., este cadáver apareció con señales de violencia, «boca abajo y con una gran piedra sobre las piernas». Según Gener, que ya informó en otoño que Valentín podría haber muerto a causa de un incendio (aunque no está del todo confirmado), apunta que el tercer sujeto habría fallecido por el mismo episodio violento. Eso sí, el paleopatólogo Manuel Calero todavía está trabajando con estos restos. «Todavía está pendiente que averigüemos, entre otras cosas, la estatura y el sexo», apuntaba ayer. También se va a estudiar la paleodieta de los individuos para conocer sus hábitos alimenticios.