ESPAÑA

20-N ELECTORAL

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La certeza de que ya están establecidas las bases para la recuperación económica, dejar tiempo para completar proyectos de ley y tareas pendientes y facilitar que el nuevo Gobierno empiece a funcionar el primero de enero próximo, son las razones básicas por las que José Luís Rodríguez Zapatero ha fijado el 20 de noviembre como fecha para celebrar elecciones generales levemente anticipadas.

Despejar la incertidumbre que se había instalado en la vida política sobre la convocatoria de los comicios ha sido otro de los argumentos de un tranquilo y sonriente Zapatero que se ha negado a hacer balance de su Gobierno y que ha confesado que la decisión del adelanto estaba tomada desde hacía tiempo.

Bien. Entramos formalmente en una campaña electoral que no ha cesado desde los comicios municipales y autonómicos, el mantra del PP sobre la necesidad de anticipar los comicios desaparece de la agenda y a la certidumbre de saber la fecha se le puede solapar la incertidumbre de un Gobierno con fecha fijada de caducidad. Se trata de saber qué consecuencias tiene este adelanto para la crisis económica, que es lo que interesa, y sí parece que el saber que el nuevo gobierno se estrenará con el 2012 puede emitir un mensaje de confianza a los agentes económicos.

Acabamos de conocer una mejora limitada en la creación de empleo y acabamos de conocer una encuesta del CIS en la que Rubalcaba aparece como el político mejor valorado, en la que queda muy por encima de Rajoy en todos los terrenos, y en la que el Gobierno sale muy desgastado. Estos son factores que se han podido tener en cuenta para hacer las elecciones el día en que se murió el dictador Franco y no en marzo.

A partir de ahora el PP ya no puede pedir ni una sola vez más el adelanto electoral como solución a todos los males que denuncia y deberá decirnos, sin disculpa posible, qué medidas concretas está dispuesto a aplicar si es que llega a gobernar. Conocida la fecha, ahora queremos saber cuál es el programa de Rajoy.

Rubalcaba tiene ahora más margen de maniobra para presentarse solo como candidato, con obligación también de explicitar un programa detallado sobre las medias que tomaría en el caso de ganar.

Los españoles tienen derecho a estar cansados -dos elecciones en un año-, y esa fatiga puede afectar a una alta abstención que perjudicaría a los socialistas más que al votante popular, dispuesto a acudir masivamente a las urnas. Empieza formalmente el partido y ojala no lleguemos agotados todos al 20-N.