Mito. Winehouse anticipó su trágico final con un historial de adicciones y escándalos. :: AP

UN DESTINO CANTADO

Desde el éxito de su segundo disco no levantó su mala cabezaAmy Winehouse exorcizaba su vida en sus canciones. Dos discos le bastaron para triunfary estrellarse

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La controvertida Amy Winehouse murió ayer en su apartamento de Candem Town, Londres, donde los servicios sanitarios encontraron su cadáver tras recibirse una llamada en el centro de ambulancias a las cuatro de la tarde. Aunque la Policía no lo confirma, es probable que haya fallecido por una sobredosis de drogas. Dos ambulancias llegaron al lugar en cinco minutos y la intentaron reanimar practicándole técnicas de reanimación cardiovascular, pero no pudieron hacer nada por su vida.

Así de inesperadamente se cierra el último capítulo turbulento de la cantante de alma torturada, el que se empezó a dictar en Belgrado el pasado 18 de junio, donde Amy dio un concierto donde ni podía cantar, ni tenerse en pie. Esa penosa actuación motivó la suspensión de su gira europea, que pasaba por Bilbao. Al final, la cabeza de chorlito ha rubricado su leyenda muriéndose como un pajarito en la jaula de su apartamento londinense, donde la encerró el círculo de intereses (managers, discográfica...) que explotaba su personalidad a pie de calle, su talento artístico soulero y su tragedia personal. Un conglomerado de interesados que, al percibir el desequilibrio del cuerpo y el alma de la cantante, la apartó temporalmente de las giras para ver si podían salvar a la gallina de huevos de oro. Ante la inesperada noticia, ahora se preguntan algunos: ¿dónde estaba todo ese staff, no la cuidaban tan estrechamente?

Da pena (mucha), pero al menos a la chica no le ha dado tiempo a perjudicar su talento musical como ha hecho con su cuerpo. Con su inesperado fallecimiento, Amy Winehouse se ha convertido en una leyenda de la talla de James Dean, que murió joven, en la cúspide de la fama, y sus fotos de los 50 aún se venden en posters. O como Jim Morrison, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Kurt Cobain, también fallecidos con 27 años, que se fueron jóvenes, sin echar a perder su discografía, legando a la imaginería occidental retratos sin arrugas. En el caso de Amy, fotos coloristas de labios rojos, moños grandiosos, vestiditos ceñidos, piernas desnudas, escotes descocados y rímel salido de madre. Un día a Amy le preguntaron cuál era su mayor miedo y respondió: «Morir de vieja».

No obstante, su imagen progresivamente parecía más descuida por culpa de esas adicciones que inspiraron su cancionero. Adicciones a las drogas, al alcohol y a los amores poco recomendables. Agresiva en su estética y vulnerable en su espíritu, desde 2003 Amy Winehouse en realidad sólo pudo sacar dos discos: 'Frank' (03) y 'Back to Black' (06). El resto de sus lanzamientos han sido álbumes en directo, antologías de caras b, maquetas comercializadas, EPs con versiones distintas, DVDs y demás artefactos útiles para abastecer al mercado hambriento con producciones de una diva del soul, una estrella mundial que no supo ser una chica lista como Rihanna, quien hasta se impuso a los malos tratos de su padre y de su novio. Desde hace tiempo se esperaba el tercer disco de Amy, pero si se publica algo, será tristemente póstumo.

Drogas y amores

Ofensiva por fuera y tierna por dentro, generosa hasta la estulticia, borracha y malhablada, Amy Jade Winehouse, nació el 14 de septiembre de 1983 en Southgate, Londres, Inglaterra. Cantante sentimental de soul y compositora capaz de mezclarlo con ritmos jamaicanos, raperos o poperos, sonaba moderna sin traicionar las raíces de este gran estilo negro derivado, a modo de sofisticación, del blues. Creció en una familia judía, su madre Janis es farmacéutica y su padre, Mitchell, un taxista fan de Frank Sinatra que pretendió desarrollar una carrera en solitario a partir de la fama de su hija.

De los 9 a los 12 años Amy acudió a una escuela de teatro y se cuenta que a los diez montó una banda de rap que atendía por Sweet 'n' Sour (Agridulce). A los 12 años se inscribió en la Escuela de Teatro de Sylvia Young, pero la expulsaron al año siguiente por «no aplicarse». Con trece tuvo su primera guitarra y empezó a componer. Se animó a actuar en pubs del bohemio Camden Town, y se cuenta que a los 16 años empezó su carrera profesional.

Debutó con el álbum 'Frank', cuyo productor, el teclista de hip-hop Salaam Remi lo llevó a terrenos jazz Este debut alcanzó el disco platino en el Reino Unido y Amy se convirtió en una estrella en las islas. Con su segundo álbum, el aún más notorio cualitativamente 'Back To Black', el éxito la desbordó de todas las maneras: artística, mediática y personalmente.

Fue disco platino en Estados Unidos y consiguió cinco Grammy. Sintomáticamente, la cantante no pudo asistir a la ceremonia porque se le denegó la entrada en Estados Unidos debido «a uso y abuso de narcóticos». Al final, cantó vía satélite dos canciones. No habría que extrañarse de tal situación: su canción más exitosa, 'Rehab' (Rehabilitación) es autobiográfica y habla sin tapujos de drogas, amores, maldiciones, entregas y enfermedades.

Ella años ha reconocía en entrevistas a tumba abierta sus contactos con la droga, sus experiencias de presivas e incluso sus trastornos de alimentación. Además, durante el periodo de composición del disco estuvo azotada por los demonios de las drogas duras que la llevaron a machacar su cuerpecillo. De hecho, muchos afirman que persiguió premeditadamente la delgadez que exhibe en las fotos promopionales de esa época. El éxito del álbum provocó que se extendiera como la pólvora que Amy padecía diversas adicciones. Así, su figura felina y morena estuvo perseguida por paparazzis y aprovechada por malos amigos que la llegaron a fotografiar cuando la chica estaba muy colocada, inconsciente incluso.

Desde el éxito de su segundo disco, no levantó cabeza: peleas con periodistas, detenciones, borracheras callejeras, picos domésticos, broncas en hoteles (en uno le prohibieron hacer topless y armó un escándalo desnudándose por completo), malos novios y amantes, ingresos en clínicas de desintoxicación, la separación de su esposo Blake Fielder-Civil (éste reveló a 'The Sun' que en 2007 Amy casi murió en sus brazos tras tres días de cocaína, alcohol y heroína, que él le hizo el boca a boca para salvarla), giras supendidas, malos y buenos conciertos...

Y ahora, ¿quién se quedará con los derechos económicos de las canciones compuestas por Amy Winehouse?