opinión

Golpe de estadio

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La nube de ceniza islandesa se ha disipado y ya no afectará a la circulación aérea, pero hay otras cenizas que puede caer un día cualquiera, sin necesidad de que sea miércoles. La OCDE ha clavado su previsión de desempleo. Creo que España y tardará 15 años en volver al nivel de paro de 2007, o sea, cuando las pastoras de los belenes sean abuelas y cuando los que juegan en los equipos infantiles del Real Madrid se hayan retirado. A Valdano le han echado del área de influencia, sin primarias y sin congreso. En el glorioso club sólo manda don Florentino, que se conoce que ha querido hacer inmortal el apellido Pérez. Dicen que tiene mucho dinero, pero otros contables aseguran que tiene muy poca vista.

Puede que lleven razón las dos partes. No sé. Lo que sé es que el Madrid no ha elegido el modelo inglés, sino el modelo Florentino, con sus dagas ocultas. Si don Santiago Bernabéu resucitara los mandaba a todos a afilar cuchillos cachicuernos, pero lejos de las gradas.

Valdano está bien educado, escribe sin cacofonía y elude los anacolutos. Se sabe de memoria a Borges y ha sido un gran futbolista. ¿Cómo no preferirle a Mourinho, que sin ofender a los engreídos patanes, es un señor triste y sabihondo que le sienta al Madrid como unas alpargatas a un traje de esmoquin? Nadie ha hecho más en los últimos tiempos por reclutar hinchas del Barça. Hasta hace un par de días Valdano era el brazo derecho del señor Pérez, que ha decidido quedarse manco, además de sordo para no oír consejos. El intrépido portugués va a asumir el control total de la gestión deportiva. Ojalá no caiga con todo el equipo. El Real Madrid ha paseado gloriosamente el nombre de España por todos los praderíos rectangulares del mundo. Si estos pastos conversaran, que dice el tango, no habría necesidad de regarlos: bastaría con las lágrimas de los viejos aficionados que nos poníamos de pie cada vez de Di Stéfano cogía un balón, o sea siempre. Lo de Valdano y Mourinho parece que fue un flechazo al revés. Desde que se conocieron experimentaron una mutua represión. Cosas del balón. Y de la vid que también rueda.