Bailaora de metal, de rosa y de ceniza

Olga Pericet, capítulo uno: ‘Señas de identidad’. Exigencia técnica, versatilidad, esteticismo, compromiso con el flamenco y con la danza. Bailaora poliédrica, pequeña, menuda, incansable y tenaz, capaz de abordar con garantías desde las formas más añejas de la tradición hasta las variaciones contemporáneas, pasando por el diálogo, respetuoso pero inconformista, con la escuela bolera y el clásico español. El año pasado lo bordó con sus bailes alegres para personas tristes, aún en la compañía de Belén Maya, y el Festival la distinguió con el Premio a la Artista Revelación, un reconocimiento a esos mimbres –naturales y forjados– unánime, esperanzador y merecido.

Olga Pericet, capítulo dos: ‘El reto’. Si todo creador necesita, cada cierto tiempo, de un pequeño salto mortal, el de Pericet se llama ‘Rosa, metal y ceniza’, el espectáculo con el que debutará esta noche, en solitario, sobre las tablas del Villamarta. «Sólo es posible crecer en terrenos desconocidos, porque únicamente quien se pierde por caminos todavía no transitados puede llegar a lugares nuevos». Toda una declaración de intenciones.

Olga Pericet, capítulo tres y último: ‘La transformación’. El cambio de estado es una poderosa metáfora que nutre el imaginario de buena parte del baile de hoy y conecta con la aspiración del arte de ser algo más que un simple divertimento, de escapar de la trivialización de la cultura e influir vitalmente en el receptor, pero también en el emisor. La reflexión parte de Ovidio, quizá incluso de mucho antes, y se extiende hasta el siglo XXI con su verdad intacta. Así que Olga Pericet aprovecha que ella es una bailaora con muchas bailaoras dentro, y transita cómodamente por esa pluralidad de identidades: de bailaora a bailarina, de lo clásico a lo heterodoxo, del flamenco a lo contemporáneo, de la zapatilla al tacón y, por supuesto, de los pies vestidos a la belleza natural de los pies desnudos.

‘Rosa, metal y ceniza’ se divide también en tres partes, cada una de ellas movida por sus propias referencias flamencas. El primero de ellos –la rosa– se identifica con las cantiñas, y permite introducir un «guiño a la escuela bolera» a través del ‘Córdoba’ de Albéniz. Continúa el segundo de los bloques temáticos –metal– con los cantes de Levante, taranta, seguiriya y martinete. La ceniza es la soleá y la petenera. Todo ello sometido a dos exigencias inapelables: honestidad y sencillez. Las claves que han convertido a Olga Pericet en Olga Pericet.

FICHA:

Baile

Olga Pericet. Colaboración especial al baile: Jesús Fernández, Jesús Caramés, Miguel Poveda, Lavi, José A. Carmona.

Guitarra

Antonia Jiménez, Javier Patino.

Palmas

Jesús Fernández.

Dirección y coreografía

Olga Pericet.

Música original

Antonia Jiménez y Javier Patino.

Dirección escénica

David Montero.

Produce

Olga Pericet.

Dónde y cuándo

Teatro Villamarta. 21.00 horas.