La arqueología como motor económico

Si el Doce es una oportunidad para la expansión del desarrollo del patrimonio arqueológico, habrá que comprobarlo muchos años después de esa fecha. Porque si algo quedó claro anoche en la tertulia arqueológica del Ateneo gaditano, fue el hecho de que Cádiz tiene potencial suficiente para que su historia y su cultura le sirvan de motor económico y turístico, pero que tiene a su vez que soportar pesados lastres.

El primero es su fisionomía, la incapacidad de 'levantar' sus yacimientos respetando o favoreciendo el desarrollo urbanístico. El segundo, la desconexión entre administraciones, amparadas en cortos presupuestos y la tercera, la falta de implicación ciudadana, tal vez por culpa de falta de difusión. Rita Benítez Mota, arqueóloga y directora del Laboratorio de Arqueología ERA; María del Carmen Sánchez, directora del CAS; Ana Troya, arqueóloga de Cultura; Ángel Muñoz, arqueólogo y ateneísta y Germán Garbarino, gerente de la Casa del Obispo de Cädiz, participaron en este debate que dejó la sensación de que aún resta mucho por hacer en materia de difusión de patrimonio.