Steve Jobs deja la dirección de Apple por razones médicas y sin fecha de retorno

«Este asunto no solo afecta a Apple, es una mala noticia para el conjunto de la nación». La frase pronunciada por un conocido analista de Wall Street resume el espíritu con que fue recibida ayer la nueva excedencia por razones médicas -por primera vez sin fecha de retorno- de Steve Jobs , líder de la empresa tecnológica más valiosa del mundo y cuya inventiva ha propiciado una revolución sin fin desde que fabricara su primer Mac hace 35 años.

Pocas veces el futuro de una gran corporación ha dependido tanto de la contribución de una sola persona. Aun considerando el excelente horizonte de sus productos en el mercado, las acciones de la compañía se desplomaron en las bolsas mundiales, una señal inequívoca de que el activo más valioso de cara al futuro no son los exitosos iPod, iPhone y iPad, sino el cerebro en permanente ebullición de este hombre.

Si bien la mala salud del fundador de Apple ha sido una constante en los últimos años, cuando se repuso de un cáncer de páncreas y de un posterior trasplante de hígado, su extrema delgadez cada vez que aparecía en público para presentar un nuevo producto no dejaba de levantar todo tipo de conjeturas. Contra los rumores, y para aplacar sobre todo los temores del sector financiero, Jobs siempre se había mostrado categórico en que sus ausencias eran temporales. Esta vez, sin embargo, los médicos se han puesto mucho más firmes porque en el breve comunicado enviado a los empleados sus palabras suenan más que nunca a un adiós. «Amo mucho Apple y espero volver tan pronto como pueda».