REMODELACIÓN

La despedida a De la Vega y las lágrimas de Moratinos

Los cambios en el Gobierno han cogido por sorpresa a muchos de sus protagonistas cuando se encontraban en la Cámara Baja, donde se votaban las enmiendas de totalidad a los Presupuestos

MADRID Actualizado: Guardar
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La nueva remodelación del Gobierno ha cogido por sorpresa a muchos de sus protagonistas cuando se encontraban en el Congreso de los Diputados, donde esta mañana se votaban las enmiendas de totalidad presentadas contra los Presupuestos Generales del Estado para 2011. Dos de las caras más buscadas en esta jornada han sido la hasta ahora vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, y la del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, dos de los veteranos del Ejecutivo que hasta hoy habían sobrevivido a todas las reestructuraciones del Gobierno. María Teresa Fernández de la Vega, que pasará a formar parte del Consejo de Estado, salía de la Cámara Baja forzando la sonrisa y, preguntada por si se encontraba bien por su salida del Gobierno, se limitaba a responder con un: "Fenomenal, muy bien. Gracias". Minutos antes, en la bancada azul del hemiciclo, la ministra de Economía y vicepresidenta segunda, Elena Salgado, y ella se fundían en un efusivo abrazo mientras los diputados del PSOE les brindaban una cerrada ovación, a una a cuenta de la aprobación de los presupuestos y a la otra a modo de homenaje por la labor desarrollada durante los últimos seis años. La reacción de Miguel Ángel Moratinos, quien ha estado al frente de la cartera de Exteriores ininterrumpidamente desde el primer Gobierno de Zapatero, ha sido mucho más explícita. A Moratinos la remodelación le ha debido de coger por sorpresa, ya que tenía fijada su agenda política para el próximo mes, y por eso se le escaparon algunas lágrimas cuando aún se encontraba sentado en su escaño en el hemiciclo. La escena se produjo cuando el diputado socialista por Valencia Juan Calabuch, en su intervención en el Pleno que votaba diferentes proyectos de ley, aseguraba que lamenta su marcha porque "ha sido el mejor ministro de Asuntos Exteriores que ha tenido España". Esas palabras provocaron que Moratinos no pudiese evitar emocionarse, y abandonase el pleno secándose las lágrimas.