Gran hermano

Dos mundos separados

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Cuando parecía que ya no se podía exprimir más el formato, ‘Gran Hermano’ vuelve a demostrar que otra vuelta de tuerca es posible. Con afán renovador, pero conscientes de que los mayores activos del programa siguen siendo los concursantes, arrancó ayer la duodécima edición del reality más longevo.

Dos casas, una ultramoderna pero bastante sobria y otra más tradicional y con muchos más privilegios, son las estancias elegidas para la convivencia entre los veinte concursantes. La cantidad más alta de inquilinos de la historia del programa. Conducida por la incombustible Mercedes Milá, que sorprendió con un llamativo atuendo compuesto por corsé negro y falda voluminosa de tul azul (que trataba de «imitar un panal de abejas»), la primera gala deparó, como es habitual, muchas sorpresas.

La primera de ellas no tardó en llegar. Rubén, un isleño de 25 años, entró a la vez que Chari, su ex novia, una rubia gaditana que no dudó en confesar su insaciable «apetito sexual». Los dos funcionarán de espias al menos durante la primera semana del reality. Aunque realizarán su labor separados y rodeados de compañeros de su sexo contrario.

Así en la sofisticada e inmaculada –todo es blanco en ella– vivienda convivirán nueve chicos y Chari; mientras que en la estancia más colorida y más amplia estarán las chicas bajo la estrecha vigilancia de Rubén.

Los concursantes, muy metrosexuales ellos y algo vanidosas ellas (salvo excepciones), no tendrán contacto entre sí hasta este jueves. Ese día podrán elegir en una sala oscura con quienes quieren convivir. Pero para la elección sólo se podrán ayudar de su olfato y tacto.

Aunque se rumoreó que podía entrar en la presente edición alguna embarazada y un chico con VIH, al final no se dió esa situación. Los concursantes, algunos de ellos muy varipintos, destacaron por otras particularidades. Entre los más reseñables, se encuentra Anup Narain, o como le llaman sus amigos ‘el indio loco’. Su verborrea y su sentido del humor ha propiciado que el joven, que vive en Las Palmas, ya se haya colocado entre los favoritos a ganar el concurso, según algunos de los seguidores de ‘Gran Hermano 12’.

También destaca Dámaso, el ex seminarista, afiliado a las nuevas generaciones del PP, que tiene como mayor ídolo a Manolo Escobar. Más extrovertido es Jhota, procedente de Vallecas (Madrid), que no duda en vestir llamativos ropajes en el día a día.

Aunque para excéntrico Óscar, un granadino que se cuida hasta el extremo y que se las da de no tener ni un pelo de cuello para abajo.

Pero para morbo, la confesada «fogosidad» de numerosos concursantes. Como por ejemplo, Florencia una argentina afincada en Madrid que se define como «pasional, liberal y sin prejuicios». No es la única. Contrasta con la ingenuidad de Lydia, una exuberante «niña de papá» que cree que en otra vida fue sirena.

Presisamente a Lydia y Patricia, otra rubia aunque esta según sus padres, «inaguantable», les tocó la tarea más difícil. Tuvieron que llevar a la casa todas las maletas de sus compañeras a través de un empinado terraplén. Pero lo que ellas no sabían es que esa ropa era la de los chicos. Así que nada de contar durante esta primera semana con su propia vestimenta.

El reality también cuenta con caras ya conocidas en algunos círculos. Yago, ex novio de Yola Berrocal, y modelo publicitario, ya fue carne de prensa del corazón en su día. Ahora ha visto su portunidad para hacerse un nombre propio gracias al concurso. Es el nuevo guaperas de la presente edición aunque a seductor competirá con más concursantes cortados por su mismo patrón. Todos serán claves para poder reeditar las grandes cifras que cosechó ayer el programa. Un 23 % de share que habla de la fortaleza de un producto muy bien diseñado.