El ex premier ha ganado más de 23 millones desde que se retiró

Tony Blair necesita más de un contable para cuantificar lo que gana. A uno no le bastarían todas las horas del día. Porque el ex primer ministro británico no ha hecho más que engordar su bolsillo desde que en 2007 salió del 10 de Downing Street. Aunque el antiguo líder laborista dice que dedica la mayoría de su tiempo a su labor de enviado especial del Cuarteto para Oriente Próximo, a él sí que le cunde cada jornada laboral. Y eso que EE UU, Rusia y la ONU le encomendaron «movilizar la ayuda internacional al pueblo palestino, respaldar sus instituciones de gobierno y confeccionar planes que impulsen el desarrollo económico del pueblo sin Estado». Casi nada a pesar del amplio equipo de expertos que le ayudan desde Jerusalén, donde han puesto a su disposición una suite de hotel que cuesta un millón de euros al año. Gaza todavía no la ha pisado.

Con todo, Blair saca tiempo para rentabilizar su rica experiencia como estadista para facturar. Cobra un asueldo de más de 2,5 millones euros de la entidad financiera estadounidense JP Morgan, al servicio de la que pone su conocimiento y, sobre todo, sus relaciones. Igual hace con el grupo suizo Zurich Financial Services, aunque sólo recauda unos 600.000 euros.

Para cuadrar cuentas y pagar la hipoteca de su residencia de Conaught Square, en Londres, se ve obligado a realizar un circuito de conferencias internacionales nada mal remunerado. En China le pagaron 300.000 euros, otro tanto en Abu Dhabi... Y sobre todo en EE UU, donde es venerado, como explican desde el London Speaker Bureau, la agencia que gestiona sus conferencias. Pero su viaje más rentable fue a Azerbaiyán, donde facturó 83 euros por segundo por una pieza oratoria de 20 minutos en la que aportó su sapiencia con frases como «el tiempo aquí es más o menos como en Londres» o «el sol ha salido y tenemos que tomarlo como un buen signo para el futuro».

Así hasta los más de 23 millones de euros que se calcula ha ganado desde que... se retiró. Le quedan por cobrar 6 más por sus memorias. Y a poco se quedó de ser el primer presidente de la UE.