Momento de la entrega de las armas y la lancha de la Guardia Civil que confiscó Gibraltar el lunes. :: efe
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Un narco huye a Gibraltar para evitar ser arrestado por la Guardia Civil

Otra lancha sospechosa se adentra en terreno británico para burlar a los agentes españoles, pero esta vez no hubo conflictos diplomáticos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La polémica que se originó con los cuatro civiles retenidos en Gibraltar por haber llegado hasta terreno británico tras la estela de una neumática sospechosa, vino a confirmar algo sabido por los agentes españoles que trabajan en la zona: el Peñón es utilizado de refugio por delincuentes que operan en el entorno del Estrecho. El lunes, dos narcotraficantes vinculados a clanes gallegos trataron de esquivar al Servicio Marítimo del Instituto Armado, atracando a las bravas en puerto gibraltareño. La maniobra les salió mal porque finalmente fueron apresados, aunque la operación policial se desinfló en el cruce de explicaciones sobre cómo fue la actuación de los agentes, que cometieron el error de no alertar a la Royal Police cuando accedieron a suelo británico.

Las autoridades españolas conviven con esta dificultad a la hora de controlar una zona caliente para el tráfico de drogas, seres humanos y otras actividades ilícitas en el Estrecho. Prueba de ello es que no habían pasado ni dos días del conflicto suscitado con los guardias retenidos en El Peñón y se volvía a repetir la misma escena. Esta vez, la patrullera del Servicio Marítimo no llegó «hasta la cocina» como relató el miércoles el comisario de la Royal Police, Louis Wink, pero otra lancha sospechosa volvió a adentrarse en terreno británico y uno de sus tres ocupantes descendió de ella cuando atracó en la colonia. Su objetivo era deshacerse de la Guardia Civil porque era el único de los tripulantes que tiene cuentas pendientes con la justicia española.

Sin embargo, este traficante tampoco tuvo suerte porque fue arrestado por la Royal Police, quien se lo comunicó al Instituto Armado. Se trata de Ismael L. L, de 27 años y sobre el que pesan dos órdenes de detención emitidas por el juzgado de Instrucción nº 4 de Algeciras por delitos de tráfico de hachís, confirmaron fuentes policiales.

La persecución se inició en torno a las ocho y media de la mañana del miércoles. Un cuarto de hora antes, las cámaras del Sive detectaron una semirrígida cerca de La Atunara (La Línea), histórico punto de entrada de mercancías ilícitas como el tabaco de contrabando. La nave iba equipada con dos motores fuera borda de 200 cv cada uno; una potencia excesiva para tratarse de una embarcación común de recreo, pero que sí se ajusta al perfil del transporte de drogas. Cuando sus tres tripulantes detectaron que tenían encima a una patrullera de la Guardia Civil, se dirigieron hacia Gibraltar, donde desembarcó Ismael L. L. Los otros dos regresaron al mar donde fueron interceptados. No llevaban consigo nada por lo que fueron denunciados por desobediencia. Lo más comprometido para estos individuos se había quedado en Gibraltar.