nueva estrategia en afganistán

Los aliados, en apuros ante la petición de Obama

Los socios de Estados Unidos se muestran reticentes a enviar más tropas a la República Islámica

MADRID Actualizado: Guardar
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Tras anunciar el envío de 30.000 nuevos soldados a Afganistán, el presidente de Estados Unido, Barack Obama, ha solicitado a sus socios que respalden su nueva estrategia con el envío de 10.000 nuevos efectivos a la República Islámica. Pero los países aliados fingen no haber escuchado el pedido del inquilino de la Casa Blanca, especialmente Francia. Aunque, tras mostrar su escaso entusiasmo, terminarán haciendo un gesto simbólico para no provocar nuevas fisuras en la solidaridad atlántica.

Pese a calificar de "valiente, determinado y lúcido" el discurso de Obama, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, no ha anunciado el envío de tropas suplementarias. "Francia no dejará el terreno libre al terrorismo y a la violencia bárbara de los fanáticos" por lo que "seguirá firmemente comprometida, con sus aliados, el tiempo que sea necesario junto al pueblo afgano", ha defendido el mandatario galo.

En la misma línea se han mostrado los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda. Pese a secundar la nueva estrategia en Afganistán han descartado aumentar su contribución a la fuerza internacional allí desplegada. El ministro australiano de Defensa, John Faulkner, ha manifestado que, si bien no enviarán más soldados, revisarán su estrategia para adaptarla a los nuevos planes de Obama. Por su parte, el primer ministro neozelandés, John Key, ha asegurado que su país ayuda todo lo que puede en Afganistán y calificó de "improbable" un aumento de su contribución militar.

Quien si ha anunciado ya el despliegue de más tropas es el primer ministro británico, Gordon Brown, que enviará 500 soldados más a la zona, lo que elevará las fuerzas del Reino Unido a un total de más de 10.000 uniformados. El premier británico ha pedido a todos los aliados que se unan a la estrategia y les ha invitado a la la conferencia que acogerá el próximo 28 de enero en Londres, donde se ofrecerá la oportunidad de "acordar un proceso para el traspaso de provincias y distritos al control afgano; tomar decisiones sobre la nueva coordinación civil en Afganistán, y apoyar las reformas para formar el Ejército y la Policía afganos".