Sanlúcar

Fallece al caer desde un segundo piso cuando trataba de entrar en su casa

La víctima, que venía de fiesta, optó por escalar por la fachada cuando vio que la llave no le funcionaba

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Una joven que regresaba de una noche de fiesta a su casa, se topó con la terrible estampa: el cuerpo de un hombre yacía en la acera rodeado de un gran charco de sangre. No necesitó tirar de grandes conocimientos forenses para saber que tenía la cabeza destrozada. En cambio, no sabía que al igual que ella, la víctima también había salido con los amigos, pero su fiesta acabó en tragedia.

El fallecido era un hombre de 50 años, vecino de Sevilla pero con una segunda residencia en Chipiona, a donde había acudido este fin de semana. Según fuentes policiales, el finado había estado con un grupo de amigos durante toda la noche y ya al alba regresó a su casa. Al parecer, no pudo entrar en la vivienda, situada en la calle Virgen de Palomar, porque no le funcionaba bien la llave.

Ante esa tesitura, el hombre decidió escalar por la fachada en lugar de esperar la ayuda de alguien. Cuando se encontraba en el balcón de su vivienda a punto de acceder a ella, tropezó y cayó al vacío desde un segundo piso. No había una gran distancia hasta el suelo, pero el impacto que recibió en la cabeza fue mortal. La víctima murió en el acto a consecuencia de un fuerte traumatismo cerebral. Éste es el relato aproximado que hace el equipo de Policía Judicial de Jerez de la Guardia Civil, en la reconstrucción de los hechos que inició a primera hora de ayer.

La inspección ocular

Los agentes fueron alertados gracias a la llamada que hizo al cuartel chipionero la joven que descubrió el cuerpo en el suelo. Tras autorizarse el levantamiento del cadáver y trasladar los restos mortales al Instituto de Medicina Legal de Cádiz para la práctica de la autopsia, los investigadores realizaron una inspección ocular. Nada más conocerse el óbito, la Guardia Civil no descartó la hipótesis de que la víctima se hubiera suicidado. Pero las mismas fuentes explicaron que al poco de analizarse las prendas que llevaba la víctima y la falta de signos inequívocos de una muerte voluntaria como dejar alguna nota de despedida, esa posible explicación quedó por completo descartada.

Entre los elementos que se analizaron fueron las marcas que presentaban las ropas del fallecido, quien vestía un pantalón blanco. Se trataban de manchas producidas por los roces constantes con la fachada mientras escalaba; unos rastros que difícilmente se los había podido hacer si se hubiera lanzado al vacío.

Los agentes tomaron manifestación también a los amigos del finado, que confirmaron que había pasado la noche con ellos de fiesta.