«Los hombres prefieren tragar con tal de no reconocer que sufren acoso»

Si a una mujer maltratada le resulta complicado reconocer su situación y denunciar, a un hombre se le hace mucho más cuesta arriba. En AMUEL, la Asociación de Mujeres Emprendedoras y Luchadoras de Chipiona hay cinco socios que han padecido o padecen malos tratos por parte de sus parejas. Sufren en silencio el acoso, las amenazas y las acusaciones falsas y prefieren «tragar» antes que salir al espectro público y que la sociedad ponga en duda su «hombría».

Estrella Carpallo, presidenta de AMUEL, cuenta el caso de Antonio, de 37 años y padre de dos niños. «Siempre le reprochaba que venía de la taberna o de estar con prostitutas cuando llegaba a la casa, y le registraba el teléfono móvil, la cartera...». Aunque las agresiones físicas no eran la norma habitual, si abundaban las amenazas. «En una ocasión le sacó un cuchillo de la cocina diciéndole que le iba a matar».

Los hijos como arma

Cuando Antonio dio el paso y se fue de casa, la situación no mejoró. Y según Estrella, su mujer utilizó como arma arrojadiza a los hijos. «A Antonio no le dejaba verlos y además les hablaba mal de él, coaccionándolos a que no quisieran tener relación». Ahora, según Estrella, Antonio tiene pareja, pero la madre de sus hijos sigue haciéndole la vida imposible. «Ahora tampoco la deja tranquila a ella».

La Asociación de Mujeres Emprendedoras y Luchadoras no sólo aglutina a personas víctimas de la violencia de género. Entre sus socios también se encuentran madres solteras, viudas, y víctimas de acoso laboral, entre otros casos. «Son personas que en la mayoría de los casos se encuentran desorientados y sin saber dónde acudir cuando tienen algún problema, no saben rellenar un papel o necesitan un poco de calor».