Voluntarios ayudan a una anciana a refugiarse. / A.VÁZQUEZ
Ciudadanos

Dos heridos leves, afortunado balance del ensayo que fue real «No habrá problemas con el seguro»

La incontrolada salida de las siete reses desde la calle Novena provocó numerosas escenas de pánico en el centro histórico Mobiliario urbano y coches también resultaron afectados

CÁDIZ CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Oficialmente sólo hubo dos personas heridas, pero podían haber sido muchas más. Ambas afectadas, dos mujeres de mediana edad, sufrieron daños leves, magulladuras principalmente, según fuentes municipales que aclararon además que en los dos casos los heridos necesitaron asistencia médica pero recibieron el alta a las pocas horas. Al margen de este par de casos, el incidente de ayer -producido tras escaparse siete toros del rodaje de la película norteamericana Knight & Day- provocó un número sin cuantificar de personas con leves cuadros de nerviosismo y ansiedad.

El miedo se extendió por el casco histórico de la capital, y fueron muchos los niños y ancianos que tuvieron que ser apartados de forma precipitada de la trayectoria de los astados para evitar peligros mayores, que no sólo pasaban por ser corneados sino por la posibilidad de ser pisoteados por los mansos o sufrir una caída al huir de los animales.

Miedo por las calles

Las escenas de tensión no sólo se produjeron en las zonas por las que escaparon los toros. Los alrededores del circuito de ensayo se convirtieron en un foco de confusión y nervios que acabaron extendiéndose por toda la ciudad.

En las inmediaciones de la calle San Miguel, los pastores corrían apresuradamente mientras los transeúntes se cuestionaban qué estaba ocurriendo. Un escueto «coge al niño en brazos y estate atento que hay toros sueltos» despejó las dudas de un padre que pasó de la incertidumbre al miedo en unos segundos.

Estas escenas de confusión también se vivieron en las inmediaciones del Castillo de Santa Catalina. De hecho, sus empleados de seguridad decidieron cerrar el recinto ante el peligro de que «pudiera ocurrir algo peor», aunque los toros ya estaban acorralados en el Campo de las Balas. Los que quedaron en el interior del Castillo, intentaron captar la instantánea de los toros. Y es que ver a los astados se convirtió en obsesión de unos y preocupación de otros. De hecho, esa fue la tónica general de la mañana ya que muchos gaditanos huían preocupados sin saber bien en qué dirección sin dejar de preguntarse dónde estaban los toros.

Peligro

El gran susto vivido ayer en Cádiz también acumuló daños en el mobiliario urbano de la capital. El recorrido de los toros que debían participar en el encierro en la ficción y que terminaron haciéndolo en la realidad, acabó destrozando o moviendo diversa señalética y elementos del atrezo colocados para el rodaje. En el Campo de las Balas algunos coches también sufrieron daños al ser embestidos.

Los expertos en encierros consultados por este medio coinciden en destacar que este tipo de actividades deben «estar controladas por profesionales». Un precedente, que se desarrolló sin incidentes, fue un spot publicitario que se rodó en 1995 en Vejer.

«No habrá problemas con el seguro»

Fuentes de la productora Calle Cruzada aseguraron ayer a este medio que aquellos ciudadanos que hayan sufrido daños físicos o materiales durante el suceso de ayer «no tendrán problemas con el seguro». La organizadora de esta grabación cinematográfica en Cádiz no quiso, sin embargo, adelantar formalmente a dónde deben dirigirse los afectados para reclamar económicamente daños y perjuicios por lo sucedido. Por su parte, fuentes del Ayuntamiento de Cádiz aseguraron que la «primera responsable» a la hora de responder por esas responsabilidades es la productora encargada de la escena.