La renuncia al Volvo oficial

La primera edil renunció a partir del pasado mes de enero a un Volvo, un coche oficial de gama alta que había adquirido en el año 2003 la ex alcaldesa María José García-Pelayo. Dicho vehículo costó a las arcas municipales un total de 69.537 euros y no se renovó el renting, que cumplía entonces después de un periodo de cinco años.

Para que el coche pasara a ser propiedad municipal, habría que haber desembolsado otros 25.000 euros. Así que la regidora jerezana optó por realizar sus desplazamientos oficiales a través de uno de los seis Volkswagen Passat a disposición de los concejales del gobierno local, de los cuales uno como mínimo habría sido retirado.

Entonces, el gobierno local socialista argumentó la política de «austeridad y contención del gasto» como razón principal para prescindir del citado vehículo Volvo. Algo lógico, teniendo en cuenta tanto la crisis como los problemas económicos por los que está pasando en la actualidad el Ayuntamiento y que le están ocasionando numerosas dificultades.