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Uno de los hermanos era colaborador de la Policía

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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La declaración ante el tribunal de Francisco G. G. -el policía acusado de colaborar con la trama de narcotraficantes- era ayer una de las más esperadas del juicio y se convirtió también en la más reveladora, ya que desveló que uno de los hermanos implicados había sido colaborador de la Policía en la investigación de varios crímenes violentos -entre ellos la muerte de Loly Amalla, dependienta de una colchonería de Chiclana-.

El policía era vecino del clan en el Marquesado desde 2006 y en los últimos años había mantenido contactos con uno de los hermanos. El fiscal le acusa de haber ayudado a la familia el día del alijo, ya que se interceptó una llamada telefónica en la que supuestamente el policía les avisó de la presencia de un coche de la Guardia Civil de incógnito en la zona. En un principio, el policía evitó descubrir su secreto ante el tribunal. Pero al final, tuvo que destapar sus cartas para explicar el porqué de esas llamadas.

Antes, no obstante, el acusado se volvió a la familia y le pidió perdón. «Intentaba ganarme la confianza del hermano, porque era colaborador en una investigación», aseguró. El agente también justificó su llamada: «Me había dicho que un criminal estaba aparcado cerca de su casa», así que salió a buscarlo con su pastor alemán y su arma. «Les dije que ya no estaba» el coche del criminal, pero sí el de la Guardia Civil, reconoció ayer, aunque aclaró que «no sabía que había droga en la casa».