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Vigilancia controvertida

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El envío de Javier G.M, alias El Cuco, de 16 años, a un «piso de convivencia», como se considera administrativamente el Centro de Internamiento de Menores Infractores de la Bahía de la Junta de Andalucía, en Puerto Real, plantea una serie de interrogantes sobre la vigilancia a la que estará sometido el menor imputado en el crimen de Marta del Castillo, que tanta alarma social ha causado.

El Cuco se encuentra en libertad vigilada, pero el centro al que ha sido enviado es de régimen abierto, lo que significa que podrá entrar y salir a sus anchas y vulnerar sin ningún problema los requisitos de la orden emitida por el juez de Menores nº 3 de Sevilla, como son mantenerse a más de 50 kilómetros del domicilio de la familia de la víctima y no establecer ningún tipo de contactos con ella.

Las posibilidades de una efectiva vigilancia policial en este tipo de centros son muy limitadas. Además, difícilmente evitarían que el menor pudiera ponerse en comunicación con los padres de la joven sevillana por vía telefónica, por Internet o por correo.