El humilde Alcorcón no desaprovechó la ventaja de la ida y eliminó con total justicia al Real Madrid de la Copa del Rey. / EFE
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Bochorno blanco en el BernabéuEl éxtasis alcorconero

La afición abarrotó Chamartín ante el modesto Alcorcón, pero acabó vitoreando al defenestrado Guti y pidiendo la cabeza de Pellegrini

COLPISA. MADRID MADRID Actualizado: Guardar
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¿Miedo escénico? ¿espíritu de Juanito?, ¿decálogo de remontada? Historias del fútbol de ayer, nostalgia del madridismo peleada con el duro presente de un club que presume de ser el más rico del mundo y se despidió de la Copa humillado por el Alcorcón, un Segunda B con un presupuesto cuatrocientas veces menor que le pasó por encima en Santo Domingo y se defendió con solvencia en un abarrotado Chamartín. Jamás sufrió y sólo perdió por uno, (4-1 en el global).

San Petardillo. Las fiestas patronales de Alcorcón convertidas en el gran petardazo. La limonada con la que los lugareños brindan por la calle Meloneros transformada en cava. Premio gordo de la lotería en pleno noviembre. Manuel Pellegrini, despedido con pañuelos y gritos de fuera y dimisión, fue el muñeco imaginario que los matrucheros queman el primer sábado de sus fiestas en la Plaza de San Pedro o San Petax. Anquela, el abnegado técnico de Linares que entrena al Alcorcón, ya es Anquelotti. El Madrid sólo le ha hecho un gol, y después de 171 minutos.

Reventa por las nubes, con las entradas de seis euros a 60, y llenazo tal en el Santiago Bernabéu que la gente de Florentino Pérez no encontraba la forma de ubicar a decenas de chavales que acreditaban pertenecer al Alcorcón y que, supuestamente, tenían garantizado el acceso. Un problema de logística que resultó nimio en comparación con el ridículo que los directivos locales vieron sobre el rectángulo de juego. Un desastre que los aficionados ya barruntaron cuando analizaron el once titular.

Por más que el adversario fuera de Segunda B, daba grima ver a Lass de lateral derecho -el sevillano Sergio Ramos no fue convocado por una supuesta sanción que no existió, ya que Competición se reúne el miércoles- y a Fernando Gago y Mahamadou Diarra como constructores de juego. En teoría, eran los encargados de suministrar balones a los Higuaín, Kaká, Raúl y Van Nistelrooy. Pero les arrojaron unos melones que soliviantaron enseguida a una afición que había comenzado entregada a la causa y luego pidió a Guti. Sorprende, parece ininteligible, quizá surrealista, pero el desconocido Sergio Mora mostró mucho más toque que pomposos internacionales. Historias inexplicables del mundo del fútbol.

Puro despropósito

Los alcorconeros entregaron el campo y el dominio al rival -únicamente faltaba que dominaran en Chamartín como lo hicieron en Santo Domingo- pero vivieron un primer tiempo de lo más apacible.

Inimaginable en la previa. Una internada del holandés Ruud Van Nistelrooy que desbarató Juanma, portero ex colchonero, fue la única gran ocasión de los locales, perdidos entre pelotazos y aperturas a la banda que terminaban una y otra vez con el balón fuera. Puro despropósito, fruto quizá de la ansiedad, de ese deseo del que renegaba el entrenador chileno Manuel Pellegrini de marcar el segundo gol antes que el primero.

Las bromas iniciales de la parroquia del Alcorcón, feliz a los cinco minutos porque su equipo ya había aguantado al Madrid más que el Atlético, acaso presagiaban una noche inolvidable para esa gente humilde, llana, para esos jornaleros del balón alejados de la opulencia que representa la burguesía blanca.

Los blancos fueron a por todas en la reanudación. No les quedaba otra. Mejor con Van der Vaart que con Mahamadou Diarra. Al fin llegaron las ocasiones. Pero la madera se alió con el guardameta Juanma, protagonista de la eliminatoria de su vida. El propio Van der Vaart acertó tarde, muy tarde.

El humilde Alcor rememoró, a lo grande, victorias épicas que antes firmaron conjuntos como Alavés, Valladolid (cuando militaba en Segunda División) Toledo y Real Unión de Irún, verdugo del conjunto blanco el curso pasado. Bochorno merengue. Ya era triste que recordara las grandes noches europeas, a históricos como el Bayern, el Inter o el mejor Anderlecht, para superar al Alcorcón. Ni así.

El Alcorcón logró entrar en la historia del fútbol español al eliminar de la competición al todopoderoso Real Madrid. Por esta razón, el linarense Anquela, técnico del conjunto alcorconero, señaló: «Quiero dar las gracias al fútbol por vivir este momento tan bonito. Me gustaría ser un ejemplo para el balompié modesto y que toda la gente se fije en la buena gente y los buenos futbolistas que hay en otras categorías», aseguró.

En última instancia, Anquela aseveró: «El vestuario es una auténtica fiesta. Todos estamos en una nube porque hemos conseguido algo impensable».