El turismo somos todos
Actualizado:El lema de este año del Día Mundial del Turismo Consagración de la diversidad pretende arrojar luz sobre la cara más humana de esta industria como es su capacidad de reforzar el entendimiento, fomentar la inclusión social y promover la mejora del nivel de vida. Cierto es que en Andalucía cada vez somos más conscientes del papel del turismo como actividad productiva y de su potencial indiscutible de crear empleo, aportar ingresos y generar beneficios de distinta índole, ya sea directamente o a través de efectos inducidos en la economía. El turismo es una industria mundial y, como tal, tiene la responsabilidad de que sus aportaciones positivas lleguen a los ciudadanos. Al igual que éstos deben ser proactivos a favor del turismo.
Reducir el turismo a cifras económicas permite observar como esta industria productiva es uno de los pilares económicos de Andalucía. En la actualidad, aporta el 12% del Producto Interior Bruto, emplea al 13,5% de la población activa y aporta 17.100 millones de euros anuales de ingresos.
Pero cuando se habla de turismo hay que tener muy en cuenta que nos referimos a personas, procesos y actividades cuyo dinamismo crea utilidad social y económica más allá del desarrollo de una oferta para satisfacer una demanda.
Sabemos que el turismo en Andalucía ha mantenido una evolución positiva desde finales de los años noventa y que aún siendo ahora la situación económica distinta, los indicadores constatan que el turismo será de las primeras industrias en aportar datos de crecimiento. También se observa un nuevo cambio en el perfil de los turistas, que han ralentizado sus compras, tienen mayor tendencia a la reserva de última hora, a la organización individual del viaje y se están volviendo más exigentes en sus demandas.
El Gobierno andaluz es consciente de este nuevo entorno. Y también es sabedor de que Andalucía ostenta en la actualidad una posición privilegiada en el contexto turístico gracias a su diversidad, a su imagen de marca. O de que el dinamismo de la industria turística y el hecho de que su consumo se haya consolidado como un bien básico de la cesta de la compra del consumidor en las últimas décadas, permiten que el turismo pueda convertirse en un importante estímulo para la transformación del modelo económico actual hacia la sostenibilidad y para la reactivación de la economía.
El turismo se presenta, por tanto, como un gran reto con capacidad para generar nuevas oportunidades en un escenario de incertidumbre.
Decíamos que hoy la Organización Mundial del Turismo pretende arrojar luz sobre la cara más humana de esta industria y sobre su capacidad de promover la mejora del nivel de vida. En Andalucía entendemos que es posible y así lo demuestra nuestra política de planificación turística que está a la vanguardia nacional. En la actualidad existen un total de 91 actuaciones en materia de planificación turística, que suponen inversiones superiores a 890 millones de euros, de los que la Junta aporta más de 478 millones y que favorecen de forma directa al 89% del territorio, y de forma indirecta, a toda la comunidad.
Un esfuerzo, sin duda, cuya misión prioritaria pasa por la creación de nuevos productos turísticos que implican una intervención en el territorio con proyectos de futuro, sostenibles con el medio ambiente y viables desde el punto de vista económico o que contribuyen a reforzar la oferta productiva.
En este sentido, es necesario aunar las voluntades de los actores locales públicos y privados para que realicen una proyección de futuro en su propio territorio, al que pertenecen, conocen y valoran; con el último objetivo de ser agentes activos de su desarrollo turístico. Este proceso impulsado 'de abajo a arriba', es un ejercicio de máxima responsabilidad que genera, entre sus impulsores un sentimiento de pertenencia, complicidad y empatía con el territorio que suele ser el mejor ejemplo de cómo llevar a la práctica el axioma de que «la competitividad del sector turístico español es responsabilidad de todos, y va más allá de la promoción exterior del destino».
El reto que se plantea, por tanto, para los próximos años es dar una respuesta coherente a las siguientes preguntas: ¿qué estamos dispuestos a hacer, desde el sector turístico, para garantizar la preservación del entorno que nos rodea? ¿qué medidas estamos dispuestos a diseñar y consensuar entre todos, para trabajar por un desarrollo turístico sostenible que nos beneficie a todos?
Este es el desafío que en la Andalucía actual tienen muchos territorios que se enfrentan por primera vez a un proceso continuo e innovador de planificación turística.
Un desafío de todos y para todos, en el que se sustenta nuestro futuro pero también nuestro presente, porque el movimiento debe generarse ahora dentro del cambio que está implicando la incertidumbre económica. Sólo si innovamos ahora, si aprovechamos nuestra diversidad, si creamos productos, si protegemos nuestros recursos y damos la mejor de nuestras sonrisas al que llega, solo entonces podremos decir que nos hemos preparado a conciencia para ser los mejores.