«Estafador de corazón»

La prensa de Paraguay se hizo eco ayer de las andanzas de Jenaro Jiménez, el empresario gaditano de 42 años que simuló su propia desaparición en abril de 2008, para viajar al país sudamericano huyendo de sus deudas económicas, y donde permaneció 16 meses hasta su regreso a España el 12 de agosto. Una historia llena de sombras, ya que el empresario era buscado internacionalmente por la Policía y requerido por la Justicia española por delitos de estafa.

La atracción de los medios de comunicación paraguayos, sin embargo, se centró especialmente en la vida que llevó Jenaro en Paraguay, especialmente en la relación amorosa que el gaditano mantuvo con Rossana Villalba, una joven de 28 años que se presentó al concurso Miss Paraguay 2005, y con la que el prófugo llegó a tener una niña.

El Canal 13 de televisión difundió anoche un apartado informativo sobre la historia del que llamaron un «estafador de corazón», en la que se recogen testimonios de la propia ex pareja de Jenaro Jiménez. Esta, sin embargo, conoció al gaditano por una identidad falsa: Álvaro Domecq. De hecho, Jenaro se presentó como militar y abogado y le ocultó a Villalba que en España estaba casado, y contaba con dos hijos, a los que abandonó en su huida.

Mismo nombre

Aunque Jenaro bautizó a su hija en Paraguay con el mismo nombre que su esposa española. La joven paraguaya conoció a través de un periodista del Canal 13 que el hombre que la abandonó tenía otra identidad y cuentas con la justicia de su país.

Por su parte, el tabloide Crónica reproducía ayer en su portada una fotografía de Villalba acompañada del siguiente titular: «Maraño, hasta llegó a hacer el muerto».

Jenaro Jiménez, procesado en Cádiz por estafa, llegó a Paraguay en abril de 2008 utilizando su pasaporte verdadero, pero se presentaba siempre con la identidad falsa, y como un potencial inversor en el país.