Artículos

Todos quieren dar el sí

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pizarro y Teófila controlan a sus dobermans respectivos y les tiran de la correa si se soliviantan, porque el Pacto por el Bicentenario se tiene que firmar. Cuando el miércoles parecía todo perdido, tras las declaraciones de González Cabaña en el comité provincial socialista -«la marca del Doce ya no es Teófila», dijo- y la negativa de Loaiza a suscribir el acuerdo en los términos presentados, fue la propia alcaldesa de Cádiz quien llamó a los suyos a conciliar posturas y rebajar la discrepancia. Otro tanto tuvo que hacer el consejero de Gobernación, ya que su secretario general gaditano salió diciendo al día siguiente que «no se nos caerán los anillos por aceptar las propuestas del Partido Popular».

Así las cosas -que dicen los cronistas finos- el presidente provincial del PP se ha llevado los papeles del pacto para estudiarlos el fin de semana y presentar sus alegaciones mañana lunes. Todos quieren, a priori, dar el sí. El punto de partida del PP es centrar el tiro en los proyectos concretos relacionados con el Bicentenario que se van a quedar fuera de la gresca política y discriminar cuáles no entran en este capítulo. Así, el PP no cree que conciernan a este acuerdo Las Aletas o la A-48, porque entienden no están vinculados con el Bicentenario de las Cortes de Cádiz, sino a un posible Pacto por la provincia, más amplio, que también están dispuestos a considerar. Los asuntos que sí quedarían incluidos serían el Castillo de San Sebastián, los depósitos de tabaco de Lacave o la Cárcel Real, entre otros.

El lugar exacto del límite no es cuestión menor, porque el Doce sirve de excusa perfecta para todas las demandas gaditanas de dinero público a Madrid y Sevilla, aunque tampoco se puede pretender que la oposición vaya a aceptar en virtud de este acuerdo dejar de cuestionar todos los grandes proyectos en curso y entregar, en consecuencia, una amplia carta blanca a sus rivales políticos. Aunque los socialistas, en su turno de juego, intenten obtener la máxima ventaja es lógico que el PP, que cree estar en un buen momento para dar incluso el salto a la Casa Rosa, no sólo a Moncloa, afine su estrategia.

La resistencia popular se centra en el prólogo del acuerdo, o los «antecedentes» del proceso del Bicentenario, que consideran improcedente por lo elogioso hacia actuaciones de la Administración socialista. En los cinco puntos del texto hay consenso, en general, aunque se resisten a extender el Doce a toda la provincia o Andalucía, porque los lugares doceañistas son, claramente, Cádiz y el entorno de la Bahía, como el Trocadero de Puerto Real, y San Fernando en el Diez. «Si el Bicentenario fracasa», opinan, «fracasará Cádiz, no los demás».

El clima, pues, es de efervescencia. Quién lo hubiera dicho hace unos meses. Pizarro, según una fuente cercana, «está más encima de las cosas, con disposición seria y ganas de acelerar los asuntos». Mantiene reuniones mensuales con un comité de asesores, que son básicamente los tres miembros de la Comisión Nacional, Vargas-Machuca, Ramos y Revenga, y quiere hacer un grupo más amplio y participativo, una red de expertos para recabar ideas, además de estrechar el contacto con la Universidad. El diputado Rafael Román sueña en los aledaños grandes y ambiciosas propuestas culturales, detecta talentos, posibles gestores de futuros encargos, y cobra fuerza la figura de Natalia Rodríguez Salmones, que pasa de la SECC a vincularse ya estrechamente con el Consorcio para entrar a fondo en el programa. Y llegan los primeros patrocinadores.