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Oficios a la parrilla

Cuando llega el verano, muchos trabajadores de la provincia se ven obligados a desarrollar su jornada laboral bajo el intenso calor del sol

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Con la llegada del verano aparece el calor, las vacaciones, la playa y los mensajes de precaución del Ministerio de Sanidad. Cuando llega la canícula, la institución insta a la población a no realizar actividades intensas en el exterior en las horas más calurosas. Sin embargo, hay un sector de la población para el que el cumplimiento de esta premisa se hace prácticamente imposible. Son los que desarrollan su jornada laboral bajo las inclemencias del sol.

La situación no reviste gravedad siempre y cuando las temperaturas no sobrepasen los 33 grados. El problema llega cuando el termómetro supera esta cifra y se alcanzan los diferentes niveles de alerta: amarilla a los 33 grados; naranja, a partir de los 35 grados, y roja, a los 39. En estas circunstancias las altas temperaturas y las radiaciones ultravioleta ponen en riesgo la salud de los trabajadores, que se ven obligados a trabajar sin ni siquiera el consuelo de un ventilador. Para ellos, la única solución es «la protección solar y la constante hidratación», según Diego Patrón, estudiante de Ciencias Ambientales y del Mar.

La situación ha despertado la imaginación de algunos esto es lo que ha motivado que Comisiones Obreras en colaboración con la Federación Estatal de la Construcción y la Madera haya iniciado una campaña de concienciación en la que repartirá un equipo de protección individual, compuesto de un chaleco dotado con un termómetro corporal y una cantimplora con bebida isotónica, que será distribuido entre los afiliados para hacer más llevadero su suplicio veraniego.