Una década abusando de las copas para ser un adicto

Un consumidor se convierte en alcohólico cuando no puede dejarlo a pesar de que es consciente de que le hace daño. Es en ese momento cuando comienza la patología. La edad para empezar a beber es de 16 a 18 años, pero no se observan pacientes con menos de 27 en las consultas de la red de centros ambulatorios de drogodependencias.

El responsable de Arca, Alberto Matilla, asegura que hasta el momento el fenómeno del botellón no ha dado nuevos afectados de alcoholismo. «Ha venido a aumentar las intoxicaciones etílicas y los problemas derivados como accidentes de tráfico, violencia callejera y relaciones sexuales de riesgo».

Los efectos psicológicos de un consumo abusivo se comienzan a ver más tarde, pasados entre 10 y 15 años en líneas generales, esto diferencia al alcohol del resto de drogas que generan problemas de adicción mucho antes.

En los últimos años se ha visto un aumento de las mujeres que requieren un tratamiento en los centros de drogodependencia o piden ayuda a los colectivos de afectados. No es que haya aumentado el número, sino que se han hecho más visibles, aún así la proporción de 80% a 20%.