Sarkozy y su esposa Carla Bruni, acompañados del cardenal Vingt-Trois. / AP
MUNDO

Misión en los Andes submarinos

Francia moviliza un sumergible para rescatar las cajas negras del Airbus en un accidentado fondo marino

| CORRESPONSAL. PARÍS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las autoridades francesas son pesimistas sobre las posibilidades de localizar en el fondo del Atlántico sur las cajas negras del Airbus A330-200 de Air France, desaparecido el lunes con 228 personas a bordo. La misión, en la que ha sido movilizado el submarino de bolsillo empleado en el naufragio del petrolero Prestige, resulta fundamental para esclarecer las causas de la mayor tragedia aérea de la aviación gala. Aviones militares brasileños avistaron ayer nuevos restos de la aeronave siniestrada, entre ellos una pieza metálica de siete metros y una capa de queroseno de 20 kilómetros, piezas de un rompecabezas con el que desentrañar el misterio del vuelo AF-447.

«No se puede descartar que no encontremos las grabadoras», advirtió ayer en rueda de prensa Paul-Louis Arslanian, director de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA, según sus siglas en francés), organismo oficial encargado de la investigación del siniestro del vuelo AF-447. La dificultad de la misión estriba en los varios miles de metros de profundidad del océano en la zona en la que se busca el fuselaje y la accidentada orografía del fondo marino, conocido como los Andes submarinos.

Las dos grabadoras de vuelo, impropiamente llamadas cajas negras pues son de color naranja, se encuentran a bordo de todos los aviones y están diseñadas para resistir a la presión de una inmersión prolongada hasta 6.000 metros de profundidad. Pero las balizas para localizarlas funcionan con baterías que no tienen más de un mes de autonomía y las señales que emiten sólo pueden ser detectadas bajo el agua en un radio de unos 1.500 metros.

Además, Arslanian subrayó que las cajas negras «no son la única herramienta» para determinar las causas de un siniestro y que «a veces no aportan nada». «No hagan creer a nadie que estamos ante la cuestión siguiente: si tenemos las grabadoras, sabremos lo que ha pasado; si no las tenemos, no lo sabremos. Es falso», dijo a los periodistas.

Como en el 'Titanic'

No obstante, el director de la BEA admitió que, si son recuperadas en buen estado, se dispondrá de «muchas más informaciones» con la posibilidad de ir «probablemente mucho más lejos».

Los datos almacenados se refieren a la trayectoria, la velocidad y la altitud del vuelo así como las conversaciones, los sonidos y los ruidos en cabina. Con la misión de localizar contra el reloj las cajas negras, las autoridades francesas han movilizado al Nautile, el minisubmarino utilizado en la observación del pecio del Titanic.

Viaja a bordo del buque oceanográfico Pourquoi Pas?, perteneciente al Instituto francés de investigación y explotación del mar (Ifremer), que se encontraba en aguas de las Azores, a una semana de navegación del área del siniestro.

Según los especialistas, el pequeño sumergible, en el que sólo caben tres tripulantes, podrá efectuar su trabajo si previamente se delimita un radio de acción de unas cuantas millas náuticas. En caso contrario, sería como buscar una aguja en un pajar, pues no está concebido para rastrear miles de kilómetros cuadrados. De hecho su sonar permite recibir la señal de la baliza hasta una distancia de unos 200 metros. El barco también lleva un robot teledirigido, llamado Victor, de mayor autonomía, y que podría ser utilizado para acelerar la búsqueda.

Las primeras constataciones de la BEA establecen que el avión no tenía ningún problema cuando despegó de Río de Janeiro. Los pilotos mantuvieron el último contacto por radio con el control aéreo brasileño una media hora antes del instante probable del siniestro. En los tres minutos de diálogo la tripulación comunicó su entrada en una zona de turbulencias. No hay duda de que era «una situación tormentosa», confirmada por los mapas del tiempo y los demás aviones que volaron aquel día por esa zona del Atlántico.