Primer plano del hasta ahora ministro británico de Trabajo y Pensiones, James Purnell. / Ap
polémica en reino unido

El ministro británico de Trabajo también dejará su cargo después de las elecciones

James Purnell anuncia su retirada en una carta dirigida a dos periódicos

LONDRES Actualizado: Guardar
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El ministro británico de Trabajo y Pensiones, James Purnell, ha anunciado su dimisión del Ejecutivo de Gordon Brown en una carta a dos periódicos, hecha pública al cierre de los colegios electorales.

En la misiva enviada a The Sun y The Times, Purnell, conocido blairista (partidario del ex primer ministro Tony Blair), justifica su decisión porque quiere instigar un debate sobre el liderazgo del Partido Laborista. En el texto, pide al actual primer ministro que "deje paso" y afirma que su liderazgo hace una victoria conservadora "más, y no menos, probable".

La renuncia de Purnell, que se suma a la de las ministras de Interior y Comunidades Jacqui Smith y Hazel Blears, respectivamente, esta misma semana, aumenta la presión sobre Brown, cuya autoridad se cuestiona tanto dentro como fuera de su partido.

Estos tres ministros, más otros miembros del Ejecutivo de menos rango, han anunciado su marcha días antes de que Brown dé a conocer, seguramente mañana o el lunes, su esperada remodelación ministerial, con la que espera reafirmar su autoridad. El gesto de los ministros, que se ha interpretado como un desafío directo a Brown para que abandone el cargo, se suma a la maniobra de un grupo de diputados laboristas que intentan recabar apoyos para promover un cambio de líder.

Brown confía en si mismo

Pese a la falta de confianza expresada desde varios sectores -la oposición pide que se convoquen elecciones generales-, Brown insiste en que es la persona adecuada para sacar al país de la recesión económica y superar la crisis parlamentaria desatada con el escándalo del abuso de las dietas de los diputados. Este caso, destapado por el periódico Daily Telegraph y que afecta a todos los partidos, desencadenó una serie de dimisiones que hicieron cristalizar las divisiones internas dentro del Gobierno, ya desgastado por las críticas a la gestión de la crisis económica.

El futuro de Brown depende en buena parte de dos factores: el resultado de las elecciones locales y europeas que se han celebrado hoy en el Reino Unido -se espera una derrota laborista, pero hay que ver de qué dimensiones- y del apoyo que pueda recabar entre sus propios correligionarios.