Manuel Gomar, en el Puerta del Mar. / ANTONIO VÁZQUEZ
MANUEL GOMAR FAMILIAR DE UN DONANTE

«La vida de mi hijo salvó las de siete personas»

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Es la decisión más difícil y el tiempo juega en contra. Hace justo un año que Manuel Gomar perdió a su hijo en un accidente de moto. Tenía 35 años y pasó una semana en la UCI hasta que entró en muerte cerebral. La noticia destrozó a sus familiares, pero sacaron el valor suficiente y aceptaron donar los órganos.

Manuel cuenta que nunca habían hablado del tema de los trasplantes en casa. «Bueno, al principio uno tiene miedo porque no sabe y la superstición... pero lo comenté con mis hijos y mi mujer y decidimos que se destinaran a otras personas».

Aquella decisión salvó siete vidas. «Eso me ayuda a sobrellevarlo», asegura. En casa ninguno de sus hijos era donante. Los profesionales del Puerta del Mar acompañaron a la familia y les hicieron la petición. José Manuel Jiménez, coordinador sectorial del centro gaditano, dice que en esos momentos cualquier respuesta es comprensible. «Se trata de un momento de tragedia muy difícil de superar y no estamos acostumbrados a hablar de la muerte, pero la actitud de muchos familiares es muy valiente y superan los miedos».

Manuel Gomar acaba de recibir un premio de la Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos que recogió el pasado martes junto a su mujer. «Ninguna persona debería estar en lista de espera para recibir un órgano con la cantidad de accidentes que se producen».

Para este chiclanero no es importante saber quién tiene los órganos de su hijo, le basta la certeza de que una parte de él sigue viva. Ahora le intenta transmitir la misma fuerza a su mujer, que aún sigue afectada. «A ella le está costando más sobrellevarlo, porque no se puede olvidar».