El ministro del Interior ruso, Rashid Nurgaliyev (dcha.), en una reunión del G-8./ AFP
MUNDO

Medvédev fracasa en la guerra a la corrupción rusa

El nuevo intento del jefe del Kremlin de erradicar la costumbre de los sobornos resulta estéril

| CORRESPONSAL. MOSCÚ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Desde que cayó el régimen soviético, los intentos de los sucesivos presidentes rusos de erradicar la corrupción han sido tan numerosos como inútiles. Ninguna de las cruzadas lanzadas hasta la fecha ha conseguido eliminar la lacra. Uno de los primeros anuncios hechos por el actual presidente ruso, Dmitri Medvédev, nada más tomar posesión de su cargo, fue la creación de un Consejo Anticorrupción. Según sus palabras, «la corrupción en Rusia alcanza niveles exorbitantes».

En Rusia hay que pagar sobornos para que los niños sean admitidos en el colegio, para lograr que en el hospital te operen a tiempo, para agilizar cualquier trámite burocrático y, si se tiene algún familiar en la cárcel, para garantizar su bienestar en la celda. Los empresarios deben tener el talonario preparado para ganar una concesión o para evitar la visita inoportuna de los inspectores de Hacienda. Los inmigrantes, incluso los legales, también tendrán que apoquinar si no quieren que la Policía encuentre algún defecto en su documentación.

Según el resultado de un sondeo, realizado por el centro sociológico ruso (VTsIOM), el 58% cree que la corrupción es algo inevitable contra la que no se puede hacer nada. Su origen, de acuerdo con las respuestas del 44% de los encuestados, se debe a «la codicia e inmoralidad de los funcionarios».

El Consejo de Europa publicó en abril un informe advirtiendo que la corrupción constituye «un fenómeno extendido y sistemático» en Rusia. La semana pasada, en una intervención ante el Senado ruso (Consejo de la Federación), el presidente del Tribunal Supremo, Viacheslav Lébedev, aseguró que la institución más corrupta de Rusia es el Ministerio del Interior. A continuación, según él, se sitúan los ministerios de Sanidad y Educación. Lébedev indicó también con el dedo a la Inspección Fiscal. El presidente del Tribunal Supremo ha propuesto privar de inmunidad a los altos funcionarios. El fiscal general, Yuri Chaika, por su parte, considera la corrupción «una seria amenaza contra la seguridad del Estado». En febrero, Chaika afirmó haber detectado 200.000 delitos relacionados con la corrupción en las administraciones regionales, municipales y central.

A mediados de mayo, Medvédev dispuso que todos los funcionarios y los miembros de sus familias den a conocer públicamente sus ingresos y propiedades en las páginas web de sus respectivos ministerios o departamentos. El pasado diciembre, el máximo dirigente ruso promulgó la primera ley en la historia del país que tipifica con precisión los delitos de corrupción. Prohíbe, entre otras cosas, aceptar regalos por un importe superior a los 3.000 rublos (70 euros). Pero la práctica del soborno en Rusia está tan arraigada que pocos creen que vaya a desaparecer de la noche a la mañana.