Iker Casillas realizó uno de los peores partidos que se le recuerda. / AFP
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El Madrid cae como alma en pena en Valencia y le brinda la Liga al Barça

Los 'chés' se consolidan en zona Champions casi sin despeinarse y el conjunto de Guardiola cantará el alirón si vence esta tarde al Villarreal

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Ni camiseta, ni escudo, ni orgullo, ni más tópicos que valgan. Sólo era una pose, mero bla, bla, bla... El Madrid dio por finiquitada la temporada después de que el Barça le pusiera en su sitio y en Valencia se presentó sin alma, con la cabeza gacha, convencido de que el milagro ya era imposible, a merced de un adversario que se jugaba la Champions. Con esas premisas, los de Juande fueron barridos del campo por el perseverante conjunto de Unai Emery, quien se permitió el lujo de pensar durante buena parte de la segunda parte en el fundamental choque del próximo domingo ante el Atlético.

El arranque fue un espejismo. Por momentos, el Madrid pareció dispuesto a morir con grandeza, a dar un inesperado zarpazo en Mestalla que complicara todavía más la cuarta plaza de Champions y obligase al Barça a emplearse a fondo ante el Villarreal. Una internada de Raúl y otra de Higuaín por la izquierda acabaron sin rematador pero generaron incertidumbre. También una galopada de Robben, cuyo centro lo remató con la derecha Marcelo. Es decir, mal. Pero ahí se acabó el equipo de Juande, que se echó para atrás, regaló por completo la iniciativa al Valencia y comenzó a sestear, a fiarlo todo a Casillas, quien sacó una mano increíble para desviar un cabezazo de Baraja que votó cerca de la raya.

Al primer toque, entre los tres fabricaron al primer toque el gol que abrió la senda del triunfo. Un gol precioso del ex de la cantera blanca que tranquilizó los ánimos y dejó al Madrid todavía más cariacontecido.

Apenas tres minutos después Silva se aprovechó del desbarajuste visitante para internarse sin oposición y sorprender a Casillas con un tiro raso.

Lo vio tan sencillo el Valencia en la reanudación que también se relajó y pasó a jugar a medio gas, sobre todo cuando Silva dijo basta. Sin el de Arguineguín, los 'chés' carecen de fútbol entre líneas. Asomó ligeramente el Madrid, ya con Van der Vaart en lugar de Javi García, pero sin convicción. Curioso lo de Rafael, que vino como un artista pero seguramente se irá sin haber exhibido nada, salvo a su compañera, la exuberante Sylvie Meis. El incombustible Baraja firmó el tercero con una volea extraordinaria con la zurda y a partir de ahí se escenificó un pacto de agresión no escrito.