Sólo una de las fallecidas había denunciado su situación./ LA VOZ
ANDALUCÍA

Una marca trágica

Andalucía lidera las muertes por violencia de género en lo que va de año. Cuatro mujeres han sido asesinadas, dos más que en el mismo periodo de 2008

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Cristina, Juana María, Concepción y María forman parte ya de la estadística oficial. Esa que revela que en los cien primeros días del año cuatro mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas en Andalucía, lo que supone dos víctimas más que en el mismo periodo de 2008. Los hechos ocurrieron en Sevilla, Rociana del Condado (Huelva), en Padul y Piñar (Granada), y colocan a la Comunidad a la cabeza en España en el número de mujeres muertas por violencia de género en lo que va de año.

Tras la frialdad de los datos se esconden historias con un denominador común: las segundas oportunidades. Amor, miedo, inseguridad, pero también sentimiento de culpabilidad o una falsa sensación de poder controlar la situación sustenta la decisión de las víctimas a perdonar e intentar olvidar, y eso pese a las continuas advertencias desde instancias políticas y sociales del grave riesgo que supone.

Precisamente, en referencia al caso sucedido en la localidad de Padul el pasado 26 de febrero, la directora general de Violencia de Género de la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social de la Junta de Andalucía, Soledad Ruiz, hizo un llamamiento a las maltratadas para que se animen a denunciar. «Conocemos el problema emocional en el que se encuentran estas mujeres, el pánico que sienten y que no calibran bien el peligro, pero es fundamental que confíen en las autoridades y se dejen ayudar», apuntó.

Segundas oportunidades

Además, advirtió del «peligro» que supone dar segundas oportunidades a los agresores, circunstancia de la que es un claro ejemplo el caso ocurrido en Granada y que viene a sumarse a los otros dos registrados en ese mismo mes de febrero.

Concepción P. S., de 55 años, que murió atropellada supuestamente por su ex marido, de 67, en Padul había solicitado, a finales de 2008, ayuda a los servicios municipales por las amenazas y el maltrato psicológico que decía recibir por parte de su pareja, si bien nunca denunció los hechos. Aunque llevaban unos cuatro meses divorciados, al parecer mantenían cierta relación porque cuando ocurrió el suceso regresaban de Granada de una visita médica.

Concepción aseguró a los servicios sociales haber sufrido un calvario prácticamente durante todo su matrimonio. Al no denunciar los hechos, el Ayuntamiento sólo pudo ofrecerle los servicios de un psicólogo y los de atención a la mujer, que la derivaron al Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), donde acudió una vez a un grupo de terapia. Su historial asistencial termina ahí, y su calvario en la A-44, a unos dos kilómetros de Padul, donde fue presuntamente atropellada hasta en dos ocasiones por su ex marido, ahora en prisión incondicional.

Macabro velatorio

A diferencia de Concepción, Juana María Cáceres, de 35 años, «jamás» comentó ni mostró -según sus allegados- síntomas de sufrir maltrato. Al parecer, los celos podrían ser el móvil que llevó presuntamente a su pareja, de la que estaba en trámites de separación, a estrangularla en el lecho conyugal en la tarde del 13 de febrero. Los hechos tuvieron lugar en la localidad onubense de Rociana del Condado, y el presunto asesino se dio a la fuga. No obstante, 24 horas más tarde su cuerpo sin vida era hallado en el fondo de un pozo.

La Guardia Civil no encontró indicios de que Juana María sufriera malos tratos -tampoco constaban denuncias previas, según detalló el alcalde rocianero, Amaro Huelva-, aunque los investigadores sí descubrieron que su verdugo había amenazado «de muerte» a su esposa, en presencia de un familiar aunque no delante de ella.

Tres días antes, el barrio sevillano de Los Pajaritos se estremeció al conocer el macabro velatorio de Cristina M. R. La víctima llevaba muerta en su piso entre 14 y 20 horas cuando su marido llamó al 112 para avisar de que se arrojaría al vacío desde un cuarto piso.

Cristina, de 29 años, había interpuesto dos denuncias contra su pareja, pero había renunciado a medidas de protección al negarse a testificar contra su agresor. Al IAM tampoco le constaba consulta alguna por parte de la víctima. «Desgraciadamente vuelve a pasar lo que se vio en 2008, que sólo el 20% de las 70 fallecidas en España tenían algún tipo de denuncia o relación con la Administración de Justicia», apuntaron desde el instituto.

La última de las víctimas de la violencia de género en Andalucía se llama María F. J. Encontró la muerte el pasado 3 de abril, presuntamente a manos de su marido, en el domicilio que ambos compartían en la localidad granadina de Piñar. Dos balas alcanzaron su pecho y otra perforó su cabeza. La pareja, de 76 años, llevaba toda la vida junta y nadie presagiaba el trágico final. De hecho, la víctima no había presentado ninguna denuncia por maltrato. Ni celos, ni segundas oportunidades precipitaron su muerte. Según los vecinos el hombre se trastornó. Pensaba que su mujer era una amenaza para él y la idea se tornó en obsesión. Los lugareños aseguran que le escucharon decir que la matarí. Nadie tomó cartas en el asunto.

El de María es el cuarto crimen de violencia de género cometido en Andalucía en lo que va de año, sin contar el de Marta del Castillo, aún no confirmado como tal.