El líder del partido conservador Likud, Benjamín Netanyahu durante un acto celebrado en Jerusalén, Israel. /Archivo
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Netanyahu se acerca al Gobierno de Israel con el apoyo de la formación ultraderechista Israel Beitenu

El partido de Avigdor Lieberman quiere un Ejecutivo integrado por las tres formaciones más votadas, algo a lo que Livni se ha negado

JERUSALÉN Actualizado: Guardar
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Casi diez días después de que el partido Kadima ganara los comicios en Israel, lo más probable es que su líder, Tzipi Livni, no llegue a formar Gobierno. El máximo dirigente del partido conservador Likud, Benjamín Netanyahu, se perfila como próximo mandatario después de recibir el apoyo de la principal formación ultraderechista del país.

No obstante, Avigdor Lieberman, dirigente del xenófobo Israel Beitenu ha condicionado su apoyo a Netanyahu a que el conservador forme "un gobierno amplio", integrado por los tres partidos más votados en las elecciones del pasado 10 de febrero; Kadima (28 diputados), Likud (27) e Israel Beitenu (15).

La entrada de Kadima en la coalición atemperará el carácter radical de la misma. Pero Livni ya ha desmentido que vaya formar parte de ese Ejecutivo. "Kadima representa varias cosas, entre ellas el avance en el proceso de paz, y no va a servir de cara amable a un gobierno de parálisis", ha afirmado Livni en alusión a la oposición de Netanyahu y de Lieberman a continuar la negociación con los palestinos.

Tras conocerse la opción que había elegido Lieberman, quien también negoció con Kadima, la actual ministra de Asuntos Exteriores ha asegurado que "no fuimos elegidos para legitimar un gobierno de extrema derecha, y debemos ser un alternativa de esperanza e irnos a la oposición". Poco después, Livni informaba de su decisión a los 80.000 militantes de su partido a través de un mensaje telefónico.

Un destacado miembro de Kadima, el ministro de Finanzas, Roni Barón, ha asegurado que el próximo ejecutivo tendrá carácter "extremista", y que será "el más corto de la historia de Israel" en el sentido de que no tendrá suficiente estabilidad porque quedará como rehén de la extrema derecha.

Cuatro semanas

La determinación de Livni de que su partido pase a la oposición prácticamente asegura a Netanyahu la posibilidad de formar gobierno, un encargo que corresponde, sin embargo, al presidente israelí, Simón Peres quien tiene previsto completar este viernes la ronda de contactos con los líderes de los doce partidos políticos que integrarán el futuro Parlamento (Kneset), de 120 diputados, y después dará a conocer su decisión.

Según fuentes de la Presidencia israelí, el jefe del Estado podría celebrar mañana una reunión a tres bandas con Netanyahu y Livni, antes de adoptar su postura final, que podría dar a conocer el sábado por la noche o el domingo. Una vez que Peres entregue el mandato de formar gobierno, el candidato elegido dispondrá de cuatro semanas para armar una coalición, y de otras dos adicionales si así lo requiriese.

La configuración de una coalición de Gobierno sustentada en las formaciones conservadoras y ultraderechistas -en el que además de Likud e Israel Beitenu podrían también estar los ultra-ortodoxos de Shas, que asimismo apoyan a Netanyahu como primer ministro- era un resultado más que previsible tras el triunfo en términos globales de la derecha en las pasadas elecciones generales.

El más votado no gobierna

Pese a que Kadima fue el partido que obtuvo más escaños, los partidos de derecha y de extrema derecha lograron en conjunto una representatividad electoral que les otorgará 65 diputados -más de la mitad de la próxima cámara legislativa-, en el mejor resultado que logran en los sesenta años de existencia del Estado de Israel .

Las escasas posibilidades con que contaba Livni de lograr suficiente respaldo a su aspiración a convertirse en primera ministra se han ido difuminando con el paso de los días. Sus aliados a priori, el izquierdista Partido Laborista y la formación pacifista Meretz, decidieron no recomendarla como primera ministra a Peres después de que coqueteara en los últimos días con Israel Beitenu, intransigente con las reivindicaciones nacionales palestinas y acusado de racista por las formaciones de centro-izquierda, donde Livni tiene su nicho ideológico natural.