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Guisos de gallina y cerdo sazonados con lágrimas

Las familias, vecinos y amigos de los liberados ayer aliviaban la tensión de la espera -contenida desde que en diciembre se anunció la entrega- cocinando platos especiales para sus seres queridos. Mientras en la cazuela borboteaba el guiso de gallina o cerdo, las lágrimas de emoción se mezclaban con las sonrisas a juzgar por las imágenes de la televisión colombiana.

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Había coincidencia en el sentir. «Una felicidad, una felicidad muy grande», decía la tía de Alexis Torres. La madre del soldado, su hermana, la llamó «llorando en un mar de lágrimas, pero eran de gozo». Al militar le aguardan en la región de Andalucía con una misa, una verbena y un «sancocho de gallina». Los vecinos se concentraron en la calle con la mirada fija en el televisor, para no perderse su vuelta a la libertad y una botella de cerveza en la mano para celebrarlo.

El agente Walter José Lozano lo primero que tendrá que hacer será viajar a Buga (Valle) para que su madre, Inirida Guarnizo, pueda cumplir la promesa hecha de presentarlo al Señor de los Milagros. Ya con el deber cumplido, le preparará su plato preferido, un asado de cerdo. Después visitarán a la abuela del policía en Coyaima, que matará otro puerco para festejar su liberación.

El club de la Policía en Bogotá recibió desde primeras horas de ayer a madres, padres, hijos, mujeres o novias de los ex rehenes que llegaban con flores blancas y pancartas, o vistiendo camisetas a favor del acuerdo humanitario y contra la guerra. Antes que ellos han pasado por esa misma situación parientes y conocidos de los 428 civiles o uniformados que desde 1997 han regresado de las garras de las FARC.