TRABAJADORAS. La terapeuta ocupacional Rocío Galán (izq.) y la directora adjunta y trabajadora social Laura Dodero (der.). / M. GÓMEZ
Ciudadanos

Confianza y calidad

La firma cimenta gran parte de su éxito en el trato y la empatía que cultiva en sus relaciones con los clientes

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Los mercados en los que existe posibilidad de negocio están ahí, surgen a partir del desarrollo mismo de la vida. Sólo hace falta identificarlos y empeñarse en aprovecharlos a pesar de todos los riesgos con los que está empedrado el camino de los emprendedores. Las hermanas Luisa y Rosario Fernández-Trujillo trabajaron durante varios años por cuenta ajena. Cuando, al principio del milenio, ambas quedaron desempleadas, las dos tuvieron la firme determinación de convertirse en sus propias empleadoras.

Vieron el mercado que se abría en el sector de la ayuda a domicilio y cuidado de personas mayores y dependientes. No dudaron de que éste era el rumbo que querían seguir. Se formaron en la Escuela de Negocios EOI e iniciaron la aventura empresarial de sus vidas. Como en todas las empresas, los inicios fueron complicados. Mucha burocracia, poca información y la dificultad de hacerse con los primeros clientes.

De un único empleado en 2001, cuando abrieron, han pasado a contar con una plantilla compuesta por 20 personas. Una de las bases de la filosofía de trabajo de Luisa y Rosario es el cultivo de la satisfacción de sus usuarios. «Siempre se van satisfechos, nos tratan con cariño porque eso es lo que nosotros les damos», señala Luisa. Y añade: «Un negocio sin calidad no se sostiene». La empatía es uno de los pluses que la compañía da a las personas que reciben sus servicios.

Centro integral

Abrazos es un centro integral dedicado al mayor y las personas dependientes. La directora adjunta y trabajadora social, Laura Dodero, y la terapeuta ocupacional, Rocío Galán, explican que la unidad de estancia diurna del centro no es un mero lugar en el que los usuarios pasan la mañana o la tarde. «Se crean grupos en función de las características de los usuarios», señalan. Cubren todas las necesidades de las personas que utilizan los servicios de Abrazos, atención médica, psicológica, fisioterapia, enfermería, talleres, etc. Trabajan con ellos en terapias de psicomotricidad, tanto en el plano preventivo como terapéutico. Para ello cuentan con una sala equipada de todos los aparatos para la realización de los ejercicios. En los talleres se realizan actividades que potencian el desarrollo personal del mayor, la memoria, la atención, el equilibrio.

Luisa explica que «el cuidado de un anciano o de una persona con dependencia es algo muy complicado porque no se trata sólo de prestar el servicio con calidad, sino que hay que cultivar una empatía con el usuario que le permita sentirse cómodo». El aspecto vocacional es muy importante en este negocio que no deja de ser una labor marcadamente social. Otro de los sellos de calidad de Abrazos es la tutorización que reciben las auxiliares de clínica que trabajan a domicilio; se les da instrucciones personalizadas para cada usuario en cuestiones posturales, higiénicas, etc. El centro está abierto hasta las 21.00 horas y en él se imparte animación sociocultural adaptada a las necesidades de los usuarios y existe una ludoteca para adultos en la que pueden realizar diversas actividades.

jlopez@lavozdigital.es