CEOE y los sindicatos evidencian sus discrepancias ante Corbacho

Los empresarios no se apean de su demanda de recorte de los costes laborales y de subidas salariales inferiores al 2%, mientras que los sindicatos reclaman más protección para los parados e incrementos similares a los de años anteriores. Así, CEOE y CEPYME y CC OO y UGT dejaron patente, ante un atónito titular de Trabajo, Celestino Corbacho, sus diferencias sobre el futuro del mercado laboral. La situación echó por tierra, además, una especie de manifiesto respaldado momentos antes por el ministro y los interlocutores sociales, como cierre de la primera cita de diálogo social celebrada en 2009.

La escenificación de las discrepancias se produjo en la rueda de prensa posterior al encuentro. Por primera vez en la historia del diálogo social comparecieron juntos, después de una reunión negociadora, los representantes del Gobierno, de CEOE y CEPYME y de las centrales.

Corbacho fue el primero en intervenir. Adelantó que todos apostaban por impulsar el diálogo, con una agenda abierta y un listado de temas prioritarios descritos en el manifiesto. El catálogo de materias a abordar no pasaba de recoger meros enunciados, algunos bastante conocidos como la mejora de los servicios públicos de empleo, la reforma de los expedientes de regulación o la Seguridad Social.

Los portavoces de CC OO y UGT, Ramón Góriz y Antonio Ferrer, y los de CEPYME y CEOE, Elías Aparicio y José María Lacasa valoraron el encuentro, pero este último habló de la conveniencia de reformas estructurales, implantar la «flexiseguridad» y reducir las cargas sociales de las empresas, propuestas todas ellas rechazadas por los sindicatos.

Las diferencias no se quedaron ahí. Lacasa reclamó excepcionalidad, flexibilidad y globalización para las subidas salariales de 2009. Los sindicalistas contestaron que la fórmula adecuada a aplicar es la arrastrada de años anteriores que utiliza de referencia el 2% recomendado por el Banco Central Europeo como previsión de inflación.

Corbacho intentó atenuar la improvisada confrontación e invitó a la reflexión. Señaló que, pese a la importancia del debate, «el epicentro de la crisis no se va a resolver en una reunión de la comisión de seguimiento del diálogo social».