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Una dieta para toda la vida

Más de 8.000 gaditanos padecen celiaquía, pero apenas un 15% está diagnosticado El gasto extra puede alcanzar los 1.600 euros al año

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Receta de caramelos sin gluten para celiacos. Es lo primero que tienen que aprender los padres cuando reciben el diagnóstico de sus hijos. Aún hay pocos indicios de cómo se desarrolla esta enfermedad, incluso de un posible origen genético, pero la intolerancia al gluten es bastante habitual. Se calcula que en la provincia existen 8.000 afectados, de los que apenas el 15% tiene un diagnóstico.

No obstante, en los últimos años se ha producido un enorme incremento del número de casos, gracias a la mejora de la información. En esto tienen mucho que ver las asociaciones, ahora constituidas por provincias. El colectivo gaditano cuenta apenas un año de vida y ya tiene en cartera más de 350 socios. Casi la mitad de ellos participó el fin de semana pasado en una jornada de convivencia celebrada en El Puerto, en la que hubo tiempo para participar de coloquios con especialistas y compartir experiencias.

Su presidente, Rafael Ruiz, explica que «el objetivo es dar a conocer la enfermedad y que la persona que acaba de recibir su diagnóstico sepa por dónde empezar». El caballo de batalla de los celiacos es el mal etiquetado de los productos y el elevado precio que supone seguir una dieta especial. El 70% de los alimentos preparados contienen gluten y la oferta es reducida. Grandes cadenas y parafarmacias venden productos libres de gluten de alta calidad, pero el precio se dispara. Según datos de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), la cesta de la compra es un 365% más cara, lo que significa un gasto extra anual de entre 1.600 y 2.000 euros.

A los padres de niños celiacos se les plantean muchas dudas. La primera es qué pasa cuando sus hijos tienen que comer en el colegio. En este sentido pueden estar tranquilos. El presidente de la asociación gaditana asegura que por ley el menú tiene que ser adecuado para cualquier tipo de intolerancia y hay dietas básicas. El problema es la falta de variedad. Salir a comer fuera también plantea molestias. Muchos restaurantes ni siquiera han oído hablar de este trastorno y con la saturación en las cocinas, sobre todo en fines de semana, es difícil tomar todas las precauciones.

«No es una enfermedad barata ni todo el mundo está familiarizado con ella», asegura Ruiz, por lo que apuesta por mejorar la información sobre este trastorno y desde el colectivo reclama ayudas para hacer frente al gasto extra que supone la compra.

emartos@lavozdigital.es